Ciclón deja 130 muertos en Centroamérica, México

Ciclón deja 130 muertos en Centroamérica, México

GUATEMALA (AFP).- El huracán Stan, degradado a depresión tropical, había dejado hasta este miércoles 61 muertos en Guatemala, 50 en El Salvador, 11 en Nicaragua y 8 en México, debido a las inundaciones y desprendimientos de tierras. Las intensas lluvias que caen desde el fin de semana saturaron los suelos, y podrían provocar más desprendimientos de cerros, el colapso de puentes y carreteras, así como el desbordamiento de ríos y quebradas, según los expertos.

   Hasta este miércoles, los países más afectados por las lluvias asociadas a la depresión tropical Stan eran Guatemala y El Salvador, que en conjunto reportaban al menos 111 fallecidos, mientras se teme que la cifra aumente porque hay personas desaparecidas.

   En El Salvador se reportaban al menos medio centenar de muertos y 33.718 damnificados, además de una situación caótica, por las inundaciones y derrumbes.

   «Vivimos momentos difíciles, la emergencia ha rebasado la capacidad de los organismos de socorro, tenemos inundaciones por todos lados, puentes a punto de colapsar, derrumbes y decenas de carreteras bloqueadas por deslizamientos de tierra», aseguró a la AFP un portavoz de la Cruz Roja salvadoreña.

   Un vocero del Comité de Emergencia Nacional (Coen), Raúl Murillo, detalló que durante las pasadas 12 horas la situación había empeorado, pues el número de evacuados había aumentado a 33.718 personas, ubicadas en 278 albergues en ocho de los 14 departamentos del país.

   Además de la crisis por las lluvias, los salvadoreños enfrentan otro embate de la naturaleza pues el volcán Santa Ana, 66 km al oeste de San Salvador, lanzó ceniza incandescente, destruyó miles de hectáreas de cultivos de café y este miércoles volvió a tener retumbos.

   En tanto, en Guatemala, Stan había provocado la muerte de 61 personas, heridas de consideración a 106 y 26.169 damnificados en 175 comunidades, además de 36 viviendas destruidas y otras 3.323 afectadas. Otras 182 poblaciones permanecían en riesgo.

   Ante esa situación, el presidente Oscar Berger decretó el Estado de Calamidad Pública, decisión que debía ser ratificada por el Congreso guatemalteco, al tiempo que realizó una gira por las áreas afectadas para evaluar los daños.

   «La situación está muy delicada, hay daños tremendos en la infraestructura y en algunas viviendas. Estoy haciendo un llamado para que las zonas en riesgo evacúen y (sus habitantes) se vayan a las albergues donde se les dará alimentos y la ayuda necesaria», dijo Berger desde una región del sur del país.

   Un portavoz de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred), de Guatemala, Benedicto Girón, explicó que se prevé que la situación pueda empeorar, pues los reportes meteorológicos sostienen que las lluvias continuarán entre 24 y 30 horas más.

   «Tenemos reportes que los caudales de todos los ríos de la Costa Sur -sureste y suroeste- están creciendo de forma acelerada y si las lluvias prevalecen como hasta ahora, las cifras de daños se incrementarán», dijo Girón.

   En Nicaragua el número de víctimas mortales llegaba a 11, entre ellos 8 peruanos y ecuatorianos que viajaban en dos pequeñas embarcaciones que naufragaron en el litoral pacífico nicaragüense.

   Otra persona falleció la mañana de este miércoles, tras ser arrastrada por la corriente de un río ubicado en la población de Masachapa, 55 kilómetros al sureste de Managua.

   En tanto a su paso por México, Stan, ya degradado a tormenta tropical, dejó 8 muertos y más de 100.000 damnificados, además de unos seis puentes colapsados por las crecidas de los ríos, específicamente en el sureño estado de Chiapas, fronterizo con Guatemala.

   Sólo la crecida del río Suchiate, frontera natural entre México y Guatemala, mantenía inundada una tercera parte del área urbana del Estado (10 de 35 colonias), donde más de 20.000 personas tuvieron que buscar refugio en diferentes albergues.

   Las corrientes de al menos 12 ríos en Chiapas arrasaron con todo lo que encontraron a su paso, derribando casas, árboles, postes y hasta puentes de más de 20 metros de altura.

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