Washington. EFE. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) mostró ayer su preocupación por los enormes desafíos» que todavía persisten en Haití, dos años después del devastador terremoto y pidió más ayuda a la comunidad internacional.
La CIDH expresó su preocupación por la debilidad del estado de derecho en el país y la situación de las instituciones locales que enfrentan desafíos significativos para proveer servicios básicos en las áreas de seguridad, salud, educación y bienestar social. En estos dos años recuerda que Haití ha recibido 2.380 millones de dólares en asistencia de parte de donantes, sin embargo, la situación de la población continúa siendo vulnerable y las consecuencias del desastre natural visibles». La CIDH, organismo autónomo de la OEA que se encarga de velar por los derechos humanos en el continente, advierte que más de medio millón de personas continúa viviendo en campamentos y el ritmo de reducción se ha ralentizado. Por otra parte, según la Oficina del Enviado de la ONU para Haití, el porcentaje de niños con malnutrición crónica llega al 31 por ciento en algunos departamentos del país, casi la mitad de la población no tiene acceso a agua potable, y no hay un sistema de saneamiento en funcionamiento en ninguna ciudad del país.
Indiferencia dificultó ayuda
Washington. EFE. Las deficiencias en la coordinación y el intercambio de información, así como la indiferencia generalizada de los grupos internacionales hacia la autoridad del Gobierno de Haití, dificultó la respuesta humanitaria tras el terremoto de 2011. Así lo revela un informe difundido por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), filial regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el que se examinan los efectos sanitarios del terremoto y la eficacia de las actividades de socorro en materia de sanitaria.