Cielo, del dejo nacionalista a un doloroso olvido

Cielo, del dejo nacionalista a un doloroso olvido

MARIEN ARISTY CAPITÁN

Con apenas 15 años Cielo Sena García tiene el alma y la vida rotas. Su mundo se destruyó hace casi un año, el 17 de mayo del 2017, cuando un hombre le cercenó los dos brazos y la dejó por muerta en el río La Peñita, de Pedro Brand.
Desde aquel día, la familia de Cielo espera que la Policía se decida capturar a Jeffrey Cecilí, un ciudadano haitiano que no solo condenó a Cielo a vivir sin brazos sino que tiene los timbales de escribirle por WhatsApp al padre de ella, Fausto Sena, amenazándolo sin rubor con que irá a matarla. ¿Hasta dónde llegará la desidia de las autoridades?
A todo esto se une el olvido que rodea a Cielo, una chica que solo defienden los nacionalistas porque el culpable es haitiano, lo que es muy oportuno para encender la llama del odio contra todos los migrantes.
Pero al caso de Cielo, que no puede ser más terrible, se unen también el asesinato de Julio Reyes Pérez y de su esposa Neida Urbáez, en Pedernales; y del agricultor Juan de Dios Castro, en Azua, cometidos por haitianos en marzo y abril de este año, cuyos responsables tampoco han sido detenidos.

La Policía y la justicia le han fallado a Cielo. También el Gobierno y la sociedad, que no le han dado el apoyo necesario para que pueda tener una vida normal. ¿Por qué, a un año del suceso, aún no tiene prótesis? ¿Cómo es posible que el acompañamiento psicológico haya terminado en octubre del año pasado cuando ella ni siquiera puede hablar por lo mal que se siente? Sí, le dieron una casa, pero con eso no basta: hay que intentar devolverle algo de lo mucho que perdió; es muy cruel que la dejemos sola.

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