POR MIGUEL MENA
Truenan, centellean,  saltos por los aires, eso es, eso es. Esperan en la fuente de Saint-Michel o telefonean incansablemente para asegurar que no, que no pasa nada, mami, que los polacos rellenarán el boquete en la cocina y que los afiches de Hollywood se podrán conseguir en ModaFoca y que la mirada de Gare du Nord es impecable y que la Ele llegará con su reloj suizo exactamente 48 minutos después con la misma seguridad con la que sabremos que los de Shampoo caerán por la Zona el fin de semana.

No hablo de filósofos del futuro  ni de pilotos bajando en Barahona. (Me apresuro a escribir el final de este artículo, de manera que a quien mete tijera a mis finales en este suplemento de Areito se le barajen los planes, o de si usted prefiere, que salte al artículo de al lado: escribo sobre «Buzos en zafarrancho», una mítica agrupación grunge dominicana asentada entre Montmartre y el distrito ocho de Delhi, que nunca habla de sí sino del Lápiz Consciente y de la importancia del salami frito como coronación de toda fiesta dominicana en el exilio que se respete …).

«Buzos en zafarrancho»  es una agrupación, más que rara, rarísima. Han aprovechado todo lo dominicano que ha pasado por Francia, desde Fefita la Grande hasta Mangú, el original. Aún no tiene la aprobación de ChichÍ García ni de Oleka Fernández ni de Nelson Ricart –los guruses de la dominicanidad parisina-, pero se está negociando el caso. El acceso que ha tenido el público dominicano ha sido limitadísimo. «Es cosa rarísima, pero nuestro fuerte es el público escandinavo», señala ExChepe, baterista y cerebro de la banda, quien, celular en mano, parece como a punto de salir del caballo de Troya y brindarnos otro rossé. «Tal vez deberíamos incluir una tambora, pero eso no conecta si hay que reciclar algo indie o post-rock», agrega Mr. Davis, pianista, y también cerebro de la banda. 

Finalmente, Mike Menoks, pianista de poco vuelo, pero a veces animado, asegura que «nuestro concepto de la música dominicana es polirrÍtmica, dodecafónica al final de nuestras presentaciones, porque de algo post-post hay que guillarse, porque si no, hasta Frank Báez nos castigará con el látigo del desprecio».

Para la prensa underground  parisina «Buzos en zafarrancho» es el fenómeno de la temporada «de puertas cerradas y atajen a la policía, que bajarán una de las ocho bocinas». Entre los temas de moda entre la región ocho y la quince de la Ciudad Luz, se destacan «Sobrino nieto de Luis Terror «, «Chocando con Basilio en la Esquizofrenia», «Necesito un premio nacional», «Plinio compra pero no lee».

Sería todo un éxito poder traer a «Buzos en zafarrancho» a su país de origen. Quién sabe si hasta ganan el Casandra, ahora que andamos en locura de premios. Hablaremos con Marivel a ver qué pasa.  Hablaremos.

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