Qué bueno sería que Alvarito fuera Presidente!

Tendríamos el Gobierno de la Mañana por la Tarde y la Noche y por las Madrugadas hablando claro y pelado, tronando ante llamadas necias, haciéndonos cantar cualquier son cubano, educándonos con sus píldoras educativas, haciéndonos hablar a todos los once millones de dominicanos, haciéndonos gritar hasta que el galillo aguante, hasta que los tímpanos revienten, hasta que el éxtasis sea mayor que el de la mismísima Virgen María a la hora de la Anunciación.

La Enciclopedia Humana, el que nos educa día a día en las minucias de la Corte de Luis XV –y ahora no hablo de los muebles Luis XV,  se entiende, sino del mismísimo marido de la reina a la que le cortaron la cabeza todavía no se sabe por qué-, qué bien sería oírlo los sábados, domingos, días de fiesta, con ese timbre de extenor del coro de la Catedral de Chartres.

Hay que oír a Don Alvarito cada mañana, rumbo a la Feria, camino al Naranjal de la Vega, doblando por las Matas de Farfán o bordeando el litoral de la Sierra del Bahoruco. Puedes estar en Tel Aviv –como mi amigo El Gran Alex-, puedes sufrir con el sol de la Patagonia o las inclemencias de los fiords noruegos, y Alvarito siempre saldrá en tu i-pad, tu pc, tu mac-pro, o por teléfono si es que la prima te llama desde el East Side, comentándote cualquier sabia sugerencia de Don Alvarito sobre lo que sea de la política local, del boxeo, el arte de cocinar en Nagua, la fritura en condiciones de tensión porque la huelga estalló en San Francisco, ay, la gente si es majadera por esos lados.

Si todo mundo oye al Alvarito y sus gobernantes mañaneros es porque hay ingravidez neuronal en las células que tu sabrás, es porque queremos circo, saltos mortales, patadas voladoras, sí, pero no Fausto, no te la lleves, todavía no llega el inmaculado Osvaldo Cepeda y Cepeda para que todos nos vayamos de ronda.

Me pregunto por qué todos los partidos no se juntan y lo llevan como candidato unitario a la Presidencia nacional. Si Alvarito ya está unificando lo más pulcro de la democracia, lo más esmerado en la expresión, la fineza nunca pensada por los sobrinos de Maquiavelo ni por los que le planchaban la casaca a don Luis de Góngora y Argote, las perlas conceptuales a la hora de ajustar el mondongo a la paila, los comensales que alguna vez despegarán a Bonao aunque el jarro té pichao, ¿por qué no lo aupamos hasta la vieja silla de alfileres? Si todos idolatran a Alvarito y si Alvarito se desvive por todas y todos, ¿por qué limar nuestras diferencias y cargarlo como cargaron a CassiusClay cuando de tremenda trompada –o jab, oh gracias Carlos Nina Gómez- demolió a SonnyListon?

Nuestro glorioso y católico pueblo dominicano debería sacar de una vez por todas a esa reserva moral de todas las mañanas dominicanas. ¡Si Alvarito fuera Presidente, oh Lord!