Cielo naranja
¿Una vela negra para “Uno de tantos”?

<STRONG>Cielo naranja<BR></STRONG>¿Una vela negra para “Uno de tantos”?

La obra escultórica más importante del país dominicano fue quitada de lugar, tirada al piso, maltratada, esfumándose de toda vista pública en aquel fatal diciembre del 2007.

“Uno de tantos”, de Abelardo Rodríguez Urdaneta (1870-1930), es un momento sereno de reflexión sobre un hilo conductor de la historia dominicana: la violencia. Creada al mismo tiempo que Rodin modelaba a su pensador, en el del insular no había nada que envidiarle al francés: el gesto del rostro con relieves que recuperaban la rugosidad insular, la crispación de la mano que cogía el fusil, la tranquila expresividad de alguien que parecía más bien una figura de Mantegna con algo de resignación y muchísimo de tristeza.

Desde aquel diciembre y hasta un año  después, aquella tradicional plaza en la intersección Abraham Lincoln con José Contreras fue un pequeño de hoy negro, uno de los tantos que ha producido la administración de Roberto Salcedo en Santo Domingo.

En enero del 2009 se inauguró la flamante “Plaza Galicia”. De “Uno de tantos” nada. Los reportajes, las exigencias de que se diga dónde y cómo está la obra de Abelardo, no ha generado el más mínimo comentario de sus guardianes.  A un funcionario edilicio se le zafó que posiblemente la pondrían en el remodelado Parque Enriquillo. La Sub Secretaria de Cultura, Lourdes de Cuello, rogó que la pusieran bajo su cuidado. Los descendientes de Abelardo aseguran haberla visto en algún parqueo. Otras voces afirman que “Uno de tantos” resultó tan dañada que nadie se atreve a mostrarla, mucho menos se diría dónde está. Muchos se preguntan del valor de una Bienal de Artes Plásticas cuando la obra de un maestro como Abelardo está en el limbo.  ¿Y qué pasa con el Colegio de Artistas Plásticos, con los Críticos de Arte, con los departamentos de Arte? ¿No tiene FUNGLODE un premio “Abelardo Rodríguez Urdaneta”? ¿No aparece esta obra en un sello de 1970?

Al parecer nadie le puede tumbar el pulso al síndico de la capital, a su departamento de relaciones públicas, a sus especialistas culturales, aunque sí, seremos Capital Cultural de las Américas.  ¿Pero dónde está Abelardo? Todo tiende a convertirse en un alud que en su proceso, va mostrando la ineficiencia de todo el aparato cultural oficial y de paso, la ronquera creciente de los amantes del arte y de la ciudad, que sólo exigen al menos saber qué pasa con uno de sus más grandes bienes, con la escultura más importante de nuestro arte nacional, y por lo tanto, con una verdadera joya del espacio público.

Con todo este proceder, tanto el Ayuntamiento como Cultura siguen perdiendo legitimidad ante la opinión pública. ¡Y ni hablar de otros temas, como el cierre ya más que brutal del Parque Eugenio María de Hostos y la arrabalización que no cesa en los alrededores de Montesinos!

Pedimos, rogamos, exigimos: ¿dónde está “Uno de tantos”?, ¿por qué tanta mudez?

Dentro de dos meses cumpliremos dos años sin Abelardo en el espacio público: una vela negra para el Ayuntamiento.

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