PARIS,  (AFP) – Desde la época de Napoleón, los 100 días son una referencia para el pueblo francés y el presidente electo, Nicolas Sarkozy, ha dejado claro cuáles serán sus prioridades para estos primeros meses cruciales de su mandato de cinco años. Para el nuevo presidente de Francia, será el momento de aprovechar el impulso de la victoria para marcar la “ruptura” con el gobierno precedente y aprobar medidas simbólicas.

Sarkozy tiene como primer objetivo convocar una sesión extraordinaria del Parlamento para votar varios proyectos de ley, entre ellos uno sobre la inmigración, que endurecerá las condiciones de la reagrupación familiar.

El ex ministro de Interior, autor de una ley sobre inmigración en 2006,  desea restringir la entrada y permanencia de clandestinos en Francia y exigirá para la reagrupación familiar que un extranjero tenga un salario y una casa antes de hacer venir a los suyos. Además, aprobará una norma que garantice un servicio mínimo en los servicios públicos, sobre todo en los transportes, en caso de huelga.

   Sin embargo, este proyecto podría chocar con una fuerte resistencia. El dirigente de Fuerza Obrera (FO) Jean Claude Mailly advirtió a Sarkozy de un efecto bumerán en caso de reformas impuestas violentamente por el nuevo gobierno.

   Al mismo tiempo, Sarkozy desea hacer más severas las penas contra la delincuencia juvenil y quiere introducir varias medidas de carácter fiscal.

   En el ámbito tributario, quiere impulsar inmediatamente reglas para exonerar de impuestos las horas extraordinarias de trabajo, otorgará ventajas fiscales para quien compre un apartamento y suprimirá los derechos de sucesión para patrimonios pequeños y medianos.

   “Yo quiero que la política regrese, la verdadera política. Todo lo que he dicho, lo cumpliré. Mantendré escrupulosamente mis promesas. Esta campaña presidencial es la elección de toda una vida y me preparé a fondo para ello. Si los franceses me otorgan su confianza no les traicionaré, no les mentiré”, prometió.

   Además, para Nicolas Sarkozy una de las prioridades será viajar inmediatamente a Berlín y Bruselas para volver a situar a Francia en el corazón de Europa.

   En septiembre están previstas varias conferencias con los actores sociales sobre igualdad salarial, condiciones de trabajo y democracia social y medioambiente.

   Sarkozy prometió también una norma para prohibir las polémicas indemnizaciones millonarias de los grandes empresarios cuando abandonan las empresas.