Ciencia Plus

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POR ANNA JIMÉNEZ
Pasar largas horas en los asientos de un carro, tren, barco o avión mientras realizas un viaje puede pasar factura a tu cuerpo en forma de trombos (debido a la mala circulación), molestias intestinales, vista cansada, dolor de espalda… Para emprender un viaje en buenas condiciones es preciso descansar los días anteriores y evitar las bebidas alcohólicas y la cafeína. Además, hay que elegir bien la hora de salida: la mejor es temprano por la mañana, salvo si cruzas el charco, entonces conviene viajar de noche para ajustar el reloj biológico. Pero, sobre todo, no te enfrentes a ningún viaje sin dormir o en ayunas.

Dolor de cuello: Lo sufres debido a la tensión de mantener siempre la misma postura, a los nervios que ocasiona el tráfico y a las necesidades propias de la conducción.

Solución: Inclina la cabeza a los lados para descargar la tensión del cuello; pero suavemente, sin forzarlo. Cuando pares, inspira y sube los hombros, mantén esta postura sin expulsar el aire y, en unos segundos, suéltalo mientras bajas los hombros: de esta manera conseguirás descargar la tensión acumulada.

Calambres: Se producen por lo mismo que el dolor de cuello, pues la circulación de la sangre se vuelve lentase y el cuerpo reacciona con tirones en piernas, pies y manos. Además, el calor ambiental y el frío excesivo del aire acondicionado favorecen su aparición.

Solución: Ponte ropa de fibra natural que no apriete; descarta los pantalones vaqueros y elige un calzado flexible y transpirable (nada de tacones).

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