Ciencia Plus

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POR ANNA JIMÉNEZ
¿A quien no le ha pasado que a pesar de concentrar sus esfuerzos en lograr amar a alguien con todo el corazón la mente reclama con osadía en el interior, que no eres mago?.

Te hace demostrar con hechos que el amor es un profundo sentimiento, que fluye y es real, tangible, perdurable, fuerte e imposible de asumir como veraz  cuando lo que tratas de procesar como amor, no es otra cosa que un espejismo,  un hijo de la costumbre, que juega a estar contigo sin estarlo.

Tu mente cómplice no te engaña, te grita a quién perteneces aunque aparentemente lo niegues o trates de auto engañarte.

Ser feliz es el principal deseo de todo ser humano, pero ¿qué implica conseguir este propósito? Muchas veces hacer exactamente lo contrario de lo que haces cuando te esfuerzas en aparentar y no en sentir.

Despues de todo, ser feliz es la fuerza que mueve nuestras vidas, a veces nos perdemos en la espesura del bosque de la inconciencia, alejándonos, sin querer, de alcanzar la meta de ser auténticamente felices, sin vivir en la telaraña de un espejismo que dice ser y no es.

El corazón se convierte en un universo de estrellas, que se agolpa titilante en el umbral del alma.

Delatan el sentimiento iluminando el rostro a través de los ojos, por que cuando te descubres amando, no  puedes evitar sentirte pleno, satisfecho, sorprendido.

Experimentar la emocionante travesía de amar en serio, de entregar tus sentimientos con todo el corazón y recibir exactamente lo mismo a cambio es poder convertir el más imposible de los sueños en una rotunda realidad…dulce y penetrante.

Para comentarios o preguntas escríbanos a cienciaplus@yahoo.com

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