¿Has escuchado alguna vez que la primera impresión es la que cuenta?, seguramente también has tenido ocasión de confirmarlo, dándote cuenta que cuando esa primera impresión es positiva las puertas de cualquier negociación, relación afectiva o amistosa se abren como si fuera una especie de magia, asimismo cuando ese primer vistazo es negativo, las cerraduras se trancan y no importa lo que hagas para remediarlo empieza actuar una bola de nieve que deja rastros de predisposición por donde que pasa.
El efecto de una mirada radiante es aún mayor, pues resulta que los ojos son las ventanas del alma y si sueles proyectar una mirada radiante dices al mundo que dentro de ti hay mucha seguridad, positivismo y deseo de hacer las cosas muy bien. Llevar contigo siempre una mirada radiante es como llevar lámparas de luz a una oscura caverna o a un desolado pantano, es una llave maestra que abre las puertas más trabadas.
… Cuando tienes algún tiempo sin ver o conversar con alguien y al reencuentrarse de tus labios sólo salen buenas noticias, lanzas un efecto calmante, que logra en tu interlocular la sensación de no perder parte de su apretado tiempo al compartirlo contigo, por el contrario lo invierte, pues solo saca balances positivos al escucharte.
El valor de las buenas noticias es incalculable, así que pónlo en práctica.
Vamos, anímate, anda ve ahora mismo, ponte frente al espejo y ensaya cómo debes transmitir esa mirada radiante que transparente todas tus buenas cualidades,.
Tú puedes lograr proyectar como un fino cristal tu corazón, para que todos puedan ver a través de tus ojos los valiosos tesoros que llevas en tus adentros.