POR ANNA JIMÉNEZ
¿No te ha pasado que cuando piensas que las cosas no andarán bien en el día, la persona que menos creías te dice un piropo o un simple “sonríe, Dios te bendiga”?.

Indudablemente es maravilloso sentirse bendecid@, es como una energía inexplicable que te recubre tod@ y hace sentir optimista; entonces, ya no ves el vaso medio vacío, sino medio lleno, no crees que tu jefe es rudo, sino exigente, ya no ves un día estropearse cuando llueve, sino hermosearse con la humedad y el frescor de la lluvia.

Es grandioso ser bendecid@, pero aún resulta mejor, cuando bendices con el corazón, cuando te deshaces de un pedazo de tu alma para dibujar una sonrisa en un rostro triste, cuando te entregas para enjugar las lágrimas de un niño haciéndole una gracia, dándole una tierna caricia.

… Cuando detienes tus presurosos pasos, llenos de estrés para saludar a un envejeciente, que con su mirada te suplica un tajo de afecto; cuando cantas con cuidado en la ducha pensando que talvez alguien muy triste puede alegrarse por escuchar bien entonadas unas estrofas de su canción favorita.

¡Hay tantas formas de bendecir!, tantas… pero la acelerada vida, moda de estos tiempos nos inhiben el deseo de hacer felices a quienes, conociéndolos o no están a nuestro lado, qué lindo es detenerse a contemplar a una amiga, amigo, compañero de trabajo, un hijo, esposo, novio, madre, padre, abuelo, hermano y dejarles saber cuán lindos lucen con ese color, esa corbata, peinado o simple ornamento.

Ojala y que tu oración del día y todo el fin de semana sea: Señor ayúdame a bendecir a todos los que me rodean, ayúdame a ser instrumento de felicidad, de templanza, de armonía, de positivismo, que mis pequeños hechos me hagan testificar de tu grandeza. Amén.

Bendice y verás como irremediablemente serás bendecido. ¡Que tengas un día maravilloso, como el que comenzó para mí, por bendecirte, con un año más de vida, regalo hermoso de Dios para mi cumpleaños!

¡Bendecido!

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