Ciencia plus
Decídete por una vida agridulce

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No, no estoy loca, sé que se han extrañado al leer que les motivo a que se decidan vivir una vida agridulce, sin embargo cuando terminen de leer la columna se darán cuenta el gran sentido que encierran estas palabras.

Una vida agridulce es una existencia llena de contrastes y sin estos es imposible llevarla con entusiasmo y es que si lo piensas bien, el conocido proverbio atribuído a E. Mensajero reza: “ El que no ha sufrido desconoce las tres cuartas partes del corazón humano”.

Justamente esta es la razón por que la que vivir solo situaciones agradables es igual a comer un suculento plato sin sazón alguno, convirténdolo en un insípido bocado que ya no se desea más. En su misericordia, Dios nos permite pasar por situaciones diversas que nos fortalecen a través de la agotadora faena diaria y nos permiten crecer espiritualmente, para que estemos preparados para crecer en el Espíritu.

La vida agridulce, tiene sabor y si sabes manejarla y ponerla primero en manos del Señor Todopoderoso encontrarás un místico sabor en el que te regodearas de apetencia, el que te dejará un buen sabor de boca y el discernimiento de cómo llegar a ser realmente “imprescindible” para los demás, según recuerdo la atinada frase del poeta Bertolt Brecht “ Hay hombres que luchan un día y son muy buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores, pero hay otros que luchan toda la vida, esos son los imprescindibles”. Que esta increíble visión de cómo se debe ser durante el lapso de nuestra existencia sea un aspecto motivador en tu vida, preocupándote siempre primero  por lo imperecedero: que es el bienestar del alma y en segundo lugar por lo terrenal, por que  de todos modos, si así lo hicieres, todo sin excepción,  vendrá por añadidura.

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