POR ANNA JIMÉNEZ
Desde la década de los ochenta, la Medicina Natural, ha ganado mucho terreno, igual que la alimentación y cosmética biológica. La mayoría de los usuarios de las terapias y medicinas alternativas, se han volcado a ellas, por que se han sentido desengañados con la medicina ortodoxa o alopática.

La mayor queja de los beneficiarios de la seguridad social, es el poco tiempo de atención que le brinda el médico al paciente.

Según estadísticas, no supera la media de los 7 minutos.

Cuando en una consulta privada la media es de 20 minutos.

El ritmo de la sociedad actual, cada día va deshumanizando, los servicios de salud, en lo que se refiere a la atención personal.

En la década de los cincuenta, existía el médico rural o de familia. Era un amigo, casi el confesor de la familia. Hoy en día todos desearíamos ser atendidos como en aquella época. Pero no es posible. Por el germen de la sociedad moderna.

Eso hace que mucha gente, sienta la necesidad de probar otras terapias y volver a las fuentes de la medicina, que no es otra que la medicina natural tradicional.

La medicina natural también conocida con el nombre de Naturopatía, utiliza hierbas medicinales disecadas o frescas, infusiones, tinturas o bien productos envasados en laboratorios especializados.

La diferencia entre la medicina alopática y la naturopatía es que la primera utiliza medicamentos que generalmente son sintéticos. Y la medicina natural no utiliza productos de síntesis.

Por ejemplo la aspirina es un producto de síntesis, llamado ácido acetilsalicílico. En la naturaleza lo encontramos en la corteza del sauce blanco. La medicina natural usa productos, elaborados con la corteza del sauce blanco y tiene las mismas indicaciones que la aspirina, analgésico antipirético. ¡Salud! 

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