Ciencia Plus
¡Te toca a tí!

<p><strong>Ciencia Plus</strong><br/>¡Te toca a tí!</p>

POR ANNA JIMÉNEZ
Los días pasan increíblemente rápidos, si te detienes un momento, toma lápiz y papel y empiezas a sacar balance de cuantas cosas se cumplen hoy: El mes de la renta, la fecha límite para pagar la tarjeta de crédito, la energía, el agua, el celular, el cumpleaños de un ser querido, un aniversario de bodas, de noviazgo, de tantas cosas, realmente te sorprenderías.

Pero qué lástima que muchos de esos acontecimientos, especialmente los sentimentales resultan, en gran medida, huecos o cargados de una hipocresía pasmosa, pues los mismos ejecutores de estos se sorprenden de su increíble capacidad de aparentar.

Hay personas, que por «las apariencias», por «niños de por medio» o por conveniencia económica, hacen alharaca de un aniversario, de un cumpleaños de una fecha especial en general, con el intrínseco sentimiento de complacer al público y no precisamente a la persona en cuestión, porque después de todo lo que les importa es lo que crean los demás.

A veces nos llevamos del stress diario, no nos autoanalizamos y somos deshonestos, perdemos el activo invaluable para evitar el autoengaño, y el tiempo nos pasa de todas formas sin darns cuenta que se nos esfuman los sueños, que vivimos como autómatas, que provocamos nuestros sinsabores, decepciones, largas esperas, preguntas sin respuesta, el cierre forzado de corazones que  procuran no sentir más lastimaduras, por nuestros actos egoístas e irresponsables.

Te toca a ti ser honest@, para que tengas una vida llena de luz, positivismo, sumas y no restas, felicidad auténtica y no fingida, una familia llena de buenos ejemplos y no alimentada por la hipocresía de querer proyectar el cielo, cuando se vive  el infierno.

Es  tu turno de buscar la dirección de Dios, «tomar el toro por los cuernos» y en definitiva otorgarte la oportunidad  de ser tú misma, de controlar tus deseos, de no confundir la magnesia con la gimnasia, de  hacer posible tus metas y de absolutamente nunca renunciar a tus sueños, los cuales, después de todo, encierran tu esencia y se encargan de trazar la huella que dejas en el mundo, como testimonio de haber sido en algún momento su inquilino.
¡Te toca a ti !

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