Los científicos ahondan en la formación de los embriones en busca de cómo construir nuevos tejidos y órganos humanos con los que regenerar la salud y confían que en los próximos diez años se produzcan avances importantes en este ámbito de la biomedicina.
Así lo ha explicó hoy el director del Laboratorio Europeo de Biología Molecular (EMBL), James Sharpe, en el inicio de la Conferencia Biomed Ingeniería Morfogenética, que durante tres días congregará en Barcelona (noreste) a una élite científica para tratar sobre la creación de órganos artificiales.
La conferencia, organizada por el Instituto de Investigación Biomédica (IRB) de Barcelona, servirá, según los organizadores, para que los biólogos del desarrollo compartan sus avances en la búsqueda de entender cómo los animales generan y reparan sus órganos y tejidos de manera natural. Y también para que interactúen con los ingenieros de tejidos, que quieren comprender cómo construir o reparar tejidos dañados en el organismo adulto.
En ambas especialidades, los científicos están “aprendiendo del embrión”, coincidieron Sharpe y Marco Milán, investigador del IRB, en la conferencia, que se celebra en el Institut d’Estudis Catalans (IEC), donde se han dado cita especialistas mundiales en embriones, morfogénesis de tejidos, control genético y mecánico de desarrollo, organoides, regeneración e ingeniería.
Los organoides, que son miniórganos en tres dimensiones generados en el laboratorio, son modelos de desarrollo que representan “muy bien” esta fusión de campos. “Los organoides realizan procesos morfogenéticos simples, no de una manera muy natural, pero en un entorno controlado de laboratorio, apto para sondear, perturbar, manipular y hacer ingeniería”, explicó Sharpe.
La pregunta principal de los especialistas es cómo construir tejidos y órganos, pero también cómo saben las células qué decisiones tomar, cómo utilizan las señales moleculares y mecánicas para saber dónde están o qué dirección deben seguir, o cómo colaboran e interactúan grandes grupos de células, cada una con información local limitada, para crear algo mucho más grande y complejo que ellas mismas.
“Son muchas las tecnologías de última generación necesarias para extraer la información relevante de los sistemas modelo, sean éstos organoides o los clásicos modelos animales como la mosca de la fruta, el pez cebra o el ratón”, comentó Milán.
Entre estas tecnologías, destacan especialmente imágenes en 3D y 4D, transcriptómica multicelular y modelaje computacional. “En el futuro seremos capaces de reconstruir órganos dañados y mantener un cuerpo sano y en forma”, auguró Sharpe, aunque admitió que llevará años de investigación biológica básica junto a estudios traslacionales en ingenería tisular.
“A corto plazo, dentro de la próxima década, deberíamos ser capaces de aumentar las propiedades de autocuración de nuestros tejidos y comenzar a reemplazar y reparar pequeñas regiones de tejido dañado”, añadió. Milán apuntó, además, a la conexión no sólo entre el desarrollo embrionario y la regeneración, sino entre ésta y la formación de tumores.
Según ambos investigadores, la denominación de la Conferencia Barcelona Biomed bajo el título de “Ingeniería Morfogenética” es un modo de reflejar la creciente y apasionante fusión de ideas y comunidades científicas diversas.