Un equipo de investigadores de la Universidad Internacional de Florida (FIU, en inglés) investiga cómo el único antibiótico natural conocido que combate bacterias resistentes a este medicamento pudiera, en un futuro, ser un fármaco capaz de detener la transmisión de la malaria, una enfermedad que se propaga en EE.UU. por primera vez en 20 años.
Científicos de la Facultad de Medicina Herbert Wetheim de FIU han desarrollado el “primer y único” antibiótico natural que contiene arsénico, la arsinotricina (AST), capaz de combatir bacterias como las de la tuberculosis resistentes a los antibióticos, señaló este jueves en un comunicado la institución académica.
También descubrieron, en colaboración con investigadores de la malaria de la Facultad de Artes, Ciencias y Educación, que la AST evita que el parásito que causa la malaria (o paludismo) infecte a los mosquitos, “a diferencia de otros medicamentos antipalúdicos».
El hallazgo, publicado recientemente en la revista científica Microorganisms, allana el camino para que la AST “algún día se convierta en un fármaco antipalúdico más eficaz para los seres humanos».
Los actuales fármacos contra la malaria (Plasmodium falciparum) “no detienen por completo la transmisión”, lo que significa que “los pacientes pueden continuar infectando mosquitos antes de que se recuperen”, dijo el autor principal del estudio, Masafumi Yoshinaga, profesor asociado de Biología Celular y Farmacología.
Yoshinaga indicó que resulta imperativo “desarrollar nuevos medicamentos potentes de múltiples etapas para garantizar la eliminación y erradicación de la malaria».
En este campo de investigación, el equipo de FIU descubrió que la AST es “un compuesto líder prometedor para desarrollar una nueva clase de potentes antipalúdicos de múltiples etapas». Si bien la AST contiene arsénico, un veneno increíblemente tóxico y mortal, “no es arsénico puro».
De hecho, desde principios del siglo XX, los medicamentos a base de arsénico se han utilizado para tratar y prevenir muchas enfermedades de manera segura.
Cuando los investigadores de FIU probaron la AST en células hepáticas, renales e intestinales, la AST apuntó al parásito de la malaria que acechaba en las células humanas, pero no las dañó, precisó el comunicado.
Estas investigaciones y resultados científicos se producen en momentos en que las autoridades sanitarias de EE.UU. han emitido un aviso tras la confirmación en los últimos dos meses de cinco casos de transmisión local de malaria en los sureños estados de Florida y Texas.
La malaria se propaga cuando un mosquito pica a alguien con malaria y los parásitos en la sangre infectan a los mosquitos.
Diez días después, los mosquitos infectados pueden picar a otra persona y transmitirle esta enfermedad febril.
El equipo de la FIU ha recibido una patente para la síntesis química y los métodos de uso de la AST; pero, antes de que la AST pueda convertirse en un fármaco, “un proceso que a veces es largo y costoso, el equipo continuará investigando cómo ingresa a los glóbulos rojos humanos, donde puede ser aún más efectivo contra el parásito».
Se estima que todos los años se reportan cerca de 240 millones de casos de malaria en todo el mundo, aunque es la primera vez que esta enfermedad transmitida al hombre por la picadura de mosquitos anofeles se propaga en Estados Unidos desde 2003.
La malaria es una enfermedad que si no se trata a tiempo es potencialmente mortal, y es común en África y en la India, pero no en Estados Unidos.