Científicos revelan el secreto de los orgasmos

Científicos revelan el secreto de los orgasmos

El diario digital 20minutos.es ofrece en un artículo los resultados de un estudio realizado por el cientifico holandés Gert Holstege, quien puso un anuncio en busca de gente dispuesta a meterse en una máquina que escanearía sus cerebros mientras llegaban al orgasmo.

El reclamo tuvo un éxito inesperado. «Gente de todo el país respondió, todo tipo de gente, fue mucho más fácil de lo que yo esperaba», relata Holstege, neurocientífico de la Universidad de Groningen, sobre los experimentos que realizó en 2000.

Los primeros escáneres de personas teniendo un orgasmo salieron movidos. Finalmente, Holstege eligió a 11 mujeres heterosexuales diestras y tantos otros varones, también heterosexuales. De pie y metidos en un escáner debían dejar que su pareja les acariciase hasta alcanzar el orgasmo para que la actividad en sus cerebros quedase grabada.

Como cuenta Nuño Domínguez en Materia, ahora se sabe que, al contrario de lo que se pensaba, el orgasmo no se traduce en un frenesí de actividad cerebral sino más bien en un gran apagón. También se observó que lo que sucede ahí dentro es muy, muy parecido, a un chute de heroína.

No había forma de concretar el lugar exacto del encéfalo que se activaba en el momento cumbre. Más de 10 años después, un nuevo software ha logrado estabilizar las instantáneas e indicar el área del cerebro responsable del orgasmo. La función cerebral más cercana al orgasmo en gatos y humanos es la de orinar.

El estudio de Holstege, recién publicado en Journal of Sexual Medicine, apunta a un lugar del tallo cerebral conocido como tegmento pontino dorsolateral. El trabajo de Holstege demuestra que la zona izquierda de esta parte del cerebro controla tanto la eyaculación (masculina y femenina) como el orgasmo, sin apenas diferencias entre sexos.

A la luz de sus datos, Holstege cree que es hora de cambiarle el nombre al tegmento pontino dorsolateral para hacer honor a su función. En su estudio propone bautizar a este punto del cerebro como Centro de Estimulación de los Órganos Pélvicos, o POSC, en sus siglas en inglés.

Pero a pesar de lo visto en este estudio, el orgasmo es mucho más complejo de lo que parece. El camino hasta el clímax comienza con estímulos físicos o visuales que, al llegar al cerebro, se dan de bruces con la corteza prefrontal. Es aquí, uno de los epicentros de la conciencia, donde se decide si es un buen momento para tener sexo.

«Si estás en una situación de gran ansiedad tu cerebro decide que tener sexo no es una buena idea porque en parte implica que los hijos que puedas concebir tendrán una menor posibilidad de sobrevivir», explica Holstege.

No poder llegar al orgasmo, como les sucede a muchas personas con anafrodisia, puede suponer un serio empeoramiento de la calidad de vida. Un orgasmo es más saludable para el cerebro que otros ejercicios intelectuales. En la mayoría de los casos, cree Holstege, el POSC está intacto. «Si tienes una lesión en esta zona estás muerto», resume.

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