La Catedral San Juan Bautista fue abarrotada anoche por personas de todas las edades y estratos sociales que asistieron a la misa de acción de gracia, por la salud y la libertad del empresario del transporte, Arsenio Quevedo.
El acto religioso, a las 6:00 de la tarde, fue oficiado por el obispo monseñor José Dolores Grullón Estrella, quien estuvo asistido por sacerdotes y diáconos que prestan servicios en este municipio.
Arsenio Quevedo fue de los primeros en llegar al templo católico apoyado en una silla de ruedas, acompañado de su esposa, el excónsul general dominicano en Puerto Príncipe, Haití, Ramón de la Rosa y dirigentes de la Unión Nacional de Transporte y Afines (Unatrafín), de la cual el expresidiario es presidente.
Las intersecciones de las calles Santomé, Sánchez, Duarte e Independencia fueron copadas por vehículos, incluidos autobuses que transportaron a cientos de personas de la zona.
La catedral San Juan Bautista tiene capacidad para unas 800 personas sentadas, y fueron tantas las que asistieron al culto católico, que todos los pasillos, las puertas principales y las laterales, estuvieron repletas.
Mucha alegría y satisfacción pudo observar este redactor en los rostros de decenas de personas presentes en la misa, que duró 55 minutos.
Tras finalizar la misa Grullón Estrella bajó del púlpito micrófono en manos y pidió que Arsenio Quevedo se levantara de su asiento para que hablara a los presentes.
“Si estoy aquí hoy, después de dos años, 15 días y nueve horas preso siendo inocente, se lo debo, primero a Dios, y luego a tanta gente que me mostró solidaridad, visitándome, llamándome y enviándome mensajes de aliento y de solidaridad”. Cuando terminó su intervención, decenas de personas lo rodearon para abrazarlo, saludarlo y expresarle afecto, amistad y solidaridad.