Cientos casas siguen anegadas en SD por crecida del Ozama

Cientos casas siguen anegadas en SD por crecida del Ozama

Cientos de familias continuaban ayer con sus casas inundadas en La Barquitas-Sabana Perdida y La Barquita-Los Mina, La Lata, La Lechuga, Los Coordinadores y Las Cucarachas, debido a la gran cantidad de agua que bajaba por el río Ozama.

En la Barquita de Los Mina, La Lata y La Lechuga, en Santo Domingo Este, unas 700 viviendas seguían anegadas de agua y sus habitantes refugiados en casas de vecinos y amigos, en plena calle y en dos iglesias.

Algunos que anoche intentaron regresar a sus hogares se vieron obligados a salir de nuevo, ya que el río subió de repente en horas de la madrugada.

Los damnificados de estos lugares seguían ayer a la espera de respuesta del Gobierno, ya que hasta ahora solamente Salud pública y los Comedores Económicos ofrecen asistencia.

Rafael Holguín, dirigente comunitario de La Barquita, explicó que en los 31 años que lleva viviendo en ese lugar nunca había observado al Ozama tan celoso como ahora, que cada vez que llueve arropa cientos de casas en la parte baja.

Eridania, de la Junta de Vecinos La Milagrosa, quien lleva cuatro días refugiada bajo una lona en la calle de La Barquita, manifestó que no exigen funditas ni nada material, sino una solución definitiva, como reubicar a los más vulnerables y dragar el Ozama.

De su lado, John García, oficial de brigadas de Santo Domingo Norte, informó que anoche se vieron precisados a sacar decenas de personas de Los Coordinadores y Las Cucarachas, porque sus casas fueron inundadas por un cachón del Ozama, en Sabana Perdida.

De allí había ayer más de 200 personas refugiadas   en una iglesia evangélica y un colegio en construcción. Recibían atenciones de Salud Pública.

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Padre Alegría

El padre Gregorio Alegría, párroco de la iglesia San Vicente de Paúl, llegó a La Barquita próximo al mediodía, para exigir al Gobierno una solución al problema que se presenta cada vez que llueve. “No es el río que se mete a las viviendas, son las viviendas que se meten al río, es un problema de Gobierno que debe resolver”, respondió el cura católico quien abrió la capilla San José para albergar parte de los damnificados. Advirtió que ahora el problema se torna más grave debido a que las aguas del Ozama están contaminadas, lo que pudiera devenir en enfermedades difíciles de detener.

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