UAGADUGU, Burkina Faso.  Centenares de miles de manifestantes bajaron hoy a la calle en la capital de Burkina Faso para protestar contra una revisión constitucional que permitiría al presidente, Blaise Compaoré, prolongar su mandato tras 27 años en el poder.

La marcha organizada en Uagadugú reunió a «un millón» de personas, según responsables de la oposición, y estuvo marcada por enfrentamientos entre manifestantes y policías, que terminó al promediar la tarde, constató el corresponsal de la AFP.

Según este periodista, la participación fue muy superior a la de la marcha del 23 de agosto, que se extendía a lo largo de varios kilómetros, y para la cual la oposición reivindicó más de 100.000 participantes. Al ritmo de los silbatos y vuvuzelas, los manifestantes enarbolaban miles de pancartas con mensajes hostiles al régimen como: «Judas, abandona el lugar», «Apártate, Blaise» o «Artículo 37 intocable».

Los enfrentamientos duraron varias horas entre cientos de manifestantes que lanzaron piedras contra las fuerzas de seguridad, quienes a su vez respondieron con gases lacrimógenos. Durante la tarde, la policía obligó a una decena de ellos a levantar las barricadas improvisadas, hechas con piedras, neumáticos y bidones, construidas durante las refriegas, lo que permitió la reanudación progresiva del tránsito. Durante la noche del domingo ya se habían producido altercados entre los manifestantes y las fuerzas de seguridad, cuando la gendarmería cargó contra decenas de jóvenes que habían montado barricadas en una de las principales carreteras del país.

Una situación clásica. La oposición había llamado a manifestar en todo el país contra lo que denominó un «golpe de Estado constitucional» por parte del presidente Campaoré.

El Parlamento examinará el jueves un proyecto de ley muy controvertido, que busca revisar el artículo 37 de la ley fundamental para permitir al presidente gobernar durante tres quinquenios en lugar de dos.
Este cambió le permitiría a Campaoré, que debe abandonar el poder en 2015, presentarse de nuevo a las elecciones presidenciales.
El presidente, que llegó al poder en 1987 con un golpe de Estado, acabará el próximo año su segundo quinquenio (2005-2015) tras haber efectuado dos septenios (1992-2005).

La oposición teme que el cambio constitucional, que no debería tener carácter retroactivo, lleve al jefe de Estado, elegido cuatro veces con mayoría aplastante, a intentar permanecer en el poder durante 15 años más.