El Paso (EE.UU.), (EFE).- Como parte de la celebración mexicana del Día de Muertos, cientos de habitantes de El Paso se dieron cita este fin de semana en una de las plazas del mercado local para rendir un homenaje póstumo a sus difuntos, a los que es costumbre levantar altares.
Músicos, artesanos, maestros de cocina y otros embajadores de la cultura mexicana participaron en esta décimo tercera edición con sus talentos y pusieron el toque colorido a una jornada melancólica y caracterizada principalmente por el recuerdo de los fallecidos. Cerca de 50 altares con fotos de los fallecidos y sus objetos personales, se apostaron a lo largo y ancho del mercado Mayapán, en una festividad que ya es tradición cultural para el pueblo mexicano.
«Para los mexicanos la muerte es una fiesta, es un recuerdo de los que pasaron por nuestras vidas, y por eso en esta fecha les rendimos un homenaje «, explicó a Efe Wendy Cao Romero, procedente del estado mexicano de Veracruz. Cao Romero entretuvo a los asistentes con la presentación musical de su grupo folclórico llamado, «Los Utrera», y añadió que cada año llega hasta esta ciudad fronteriza para participar de esta fecha especial junto con sus compatriotas. Durante la conmemoración del Día de Muertos, cientos de personas acudieron llevando consigo las fotos de sus amigos y familiares muertos, así como los platillos que más les gustaban, esperando así que los espíritus de sus allegados pudieran disfrutar una vez más de sus comidas preferidas.
«He traído la foto de mi sobrino que fue asesinado recientemente en Ciudad Juárez, y también puse sobre su altar las cosas que más le gustaban, como una cerveza, cigarrillos y su comida predilecta. Sé que él vendrá esta noche y se pondrá muy contento con sus regalos», indicó Teresa Loya, una residente de Ciudad Juárez en México.
Loya señaló además que este homenaje va dedicado a todas las víctimas mortales que ha dejado la confrontación entre carteles del narcotráfico en su país, y que la única razón para hacerlo en territorio estadounidense, es porque se siente más segura de este lado de la frontera.
Algunos altares fueron dedicados a figuras representativas ya fallecidas, como Benito Juárez, Pancho Villa, y el escritor uruguayo Mario Benedetti, a quien le posaron sobre su mesa algunos de sus libros y un parlante en el que se escuchaba la voz del propio poeta narrando varios de sus célebres versos.
Mercedes Sosa y Pablo Neruda, también tuvieron sus altares durante la conmemoración, ya que según los organizadores, estos personajes son admirados y respetados en su país. «Son artistas que pasaron por el mundo dejando mensajes de paz y unión, y que ayudaron con sus ideologías a formar a miles de personas», declaró Julio Molinet, otro de los asistentes.
Molinet expresó a Efe que está seguro de que actividades de este tipo se desarrollan paralelamente en Juárez, aunque debido al miedo y al caos por el que atraviesa esa población, muchos han decidido venir a territorio estadounidense y conmemorar esta fecha sin zozobra de ninguna índole. «Los altares están levantados a muchos de esos muertos asesinados en Juárez, son miles las víctimas, y a todas les rendimos un homenaje hoy», finalizó.
Para los mexicanos, la muerte tiene una simbología amigable y por eso es común ver durante esta conmemoración estatuas y dibujos de la misma parca, a quien muchos denominan «La Catrina». Menores de edad con la cara pintada de blanco y negro en representación de la muerte, fueron otra de las curiosidades durante este día de difuntos.
«Detrás de los altares del Día de Muertos se encierran nuestras tradiciones, nuestras costumbres, esas de las que estamos orgullosos y queremos transmitir a nuestras generaciones futuras», dijo orgullosa Socorro Máser, quien junto con sus amigas visitaba el altar de su esposo fallecido. EFE