Kabul. Cientos de personas se manifestaron hoy en Kabul para pedir justicia por el linchamiento de una mujer el jueves por supuestamente quemar una copia del Corán, una acusación que tanto la Policía como el Gobierno declararon como falsa.
Los manifestantes se congregaron esta mañana en el santuario Shah-Do-Shamshira de la capital afgana, donde una turba golpeó a Farjonda hasta la muerte y luego quemó su cuerpo, portando fotografías de la joven y pancartas en las que reclamaban al Ejecutivo que los culpables sean castigados.
Un día después del multitudinario entierro de la joven, de 27 años, los asistentes a la protesta de hoy plantaron un árbol en el lugar exacto donde fue quemada la semana pasada para mantener viva su memoria.
“No ocurrió accidentalmente, fue una acción planeada por extremistas y fundamentalistas que quieren acabar con todos los derechos de la mujer obtenidos en los últimos 13 años”, dijo a Efe la manifestante de 24 años Sana Ahmadi, en referencia a los avances en el país desde la caída del régimen talibán en 2001.
Al frente de la protesta, la senadora Balqis Roshan advirtió de que si la sociedad afgana no se posiciona en contra del asesinato de Farjonda, el caso instigará a los extremistas a cometer más crímenes en el nombre del Islam y mostró su preocupación, en concreto, por la supuesta llegada del grupo insurgente Estado Islámico (EI).
Roshan consideró el linchamiento de la joven como una “fiesta de bienvenida” para el EI y un mensaje de aceptación al grupo por parte de Afganistán.
Al menos 13 policías destinados en la zona del suceso fueron suspendidos de su cargo y otras once personas arrestadas en relación al caso, en una investigación que sigue abierta tras no encontrar pruebas de que la mujer quemara una copia del libro sagrado sino unos simples papeles.
“No cometió el crimen, no encontramos ninguna prueba que evidencie que quemase el Corán”, aseveró hoy el ministro de Interior afgano, Noor-ul-Haq Ulomi, en el Parlamento.
La difusión en redes sociales de fotografías y vídeos del linchamiento de la joven, que se había graduado en una escuela religiosa y llevaba velo, llevó a grupos de internautas del país a demandar justicia y promover protestas para los próximos días.
El presidente afgano, Ashraf Gani, constituyó una comisión de investigación integrada por líderes religiosos, parlamentarias y activistas por los derechos de la mujer para averiguar los detalles de un suceso que ha sido condenado por las Naciones Unidas, organizaciones civiles y el Ejecutivo del país islámico.
La sociedad afgana es muy sensible a casos de blasfemia y profanación del Corán, que suelen generar represalias violentas.