Miles de deudos acudieron ayer a los cementerios para visitar las tumbas de sus seres queridos con motivo del Día de los Fieles Difuntos, a pesar de la inseguridad y la crisis económica que se reflejó en una disminución en la venta de flores y velones.

Los parientes de los fallecidos aprovecharon para limpiar los panteones, sobre todo aquellos que lucían más sucios y abandonados. En muchos había malezas. Para María de los Santos, quien rezaba un padre nuestro frente a la tumba de su papá en el cementerio Cristo Redentor, su preocupación es la inseguridad del lugar, ya que en varias ocasiones se han robado la puerta del panteón.

Las quejas. La queja de los vendedores no se hizo esperar, ya que algunos consideran este año como el peor de muchas décadas, lo que atribuyen a la poca circulación de dinero.

Fausto de la Rosa, con 22 años vendiendo flores y velones frente al Cristo Redentor, dijo que ningún otro año había sido tan malo como este para el negocio.