Cientos veneran imagen Virgen de La Altagracia

Cientos veneran imagen Virgen de La Altagracia

POR CARMEN MATOS
Cientos de devotos visitaron ayer la iglesia  Nuestra Señora de la Altagracia, de la Zona Colonial, donde al igual que en la Basílica de Higüey, formaron largas filas para  adorar la imagen de la madre espiritual de los dominicanos.

Cada rincón del templo, ubicado en la intersección de las calles Mercedes y Hostos, se convirtió en un espacio de adoración al que se acercaron niños, jóvenes y ancianos para agradecer favores concedidos, cumplir promesas y presentar plegarias y oraciones.

Todos los servicios eucarísticos que se celebraron durante el día de ayer fueron colmados por  los creyentes que además llevaron flores y  velas como regalo a la Virgen.

 Mientras que en el interior de la iglesia avanzaba la  fila hasta la imagen de la Virgen del árbol de naranjo, afuera, se congregaron decenas de pedigüeños que llegaron incluso a interrumpir varias veces la entrada principal de la capilla.

También fue notoria la presencia de los vendedores ambulantes que, de forma organizada ofertaban pulseras, cadenas, medallas, cruces, velones, imágenes y oraciones, cuyos precios rondaban entre los RD$20 y RD$80.

Todo ello no impidió que decenas de familias de todos los estratos sociales y de varios puntos de esta  capital pudieran seguir la  costumbre de admirar la imagen de la madre de Jesús.

Ese es el caso de Altagracia Rosario, de 49 años para quien la festividad religiosa se traduce en una fiesta especial por lo que “se pasa el día en familia y haciendo una comida especial”.

La señora, que llevó a la iglesia desde el sector Herrera con su madre, esposo y sus dos hijos, recordó que la tradición le fue inculcada de pequeña y que es una creencia de fe en su familia.

En el lugar, al que arribaron varias peregrinaciones desde distintas iglesias de la capital, fue notoria la presencia de extranjeros que buscaban mezclarse con la multitud y el rito religioso. Varios adquirieron imágenes y collares e incluso filmaron las ceremonias eucarísticas y adoraciones.

Ese hecho fue razón de orgullo para la señora Altagracia Soto quien consideró que la Altagracia, es de todas, “la Virgen que más se parece a los dominicanos”, por lo que afirmó provoca más fe que otras.

 “Tiene incluso los colores de la bandera”, enfatizó tras recordar que fue el símbolo religioso a que más se apoderaron los creyentes durante batallas históricas del país.

Para la joven María Meléndez, de 19 años, la celebración del día de la Altagracia es una costumbre que pretende seguir durante toda su vida. “Ella es la madre protectora del pueblo y siempre que le pido algo me lo cumple”, afirmó.

Por la  afluencia de personas a la iglesia, inaugurada en 1922,  se colocó una  carpa con sillas frente a la entrada principal.

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