La 37 edición de la feria internacional de arte contemporáneo ARCO cerró ayer sus puertas con un balance “muy positivo”, especialmente en cuanto a ventas, algunas de las cuales llevan la firma de artistas latinoamericanos, y con la vista puesta en Perú, país invitado en la edición del próximo año.
Según la estimación provisional de la dirección, las ventas crecieron este año entre un 10% y un 20%, y han hecho del 2018 “el mejor año desde el comienzo de la crisis”, señaló hoy Carlos Urruz, director de la feria que se ha desarrollado en el recinto de Ifema de Madrid entre el 21 y el 25 de febrero.
En cuanto al número de visitas, se mantiene alrededor de las 100.000, como el año pasado, de las que unas 30.000 corresponden exclusivamente a visitantes profesionales en los dos primeros días de feria.

En cuanto al tipo de comprador, destaca el coleccionista privado, tanto español como extranjero. También han comprado “importantes museos extranjeros” y algunas instituciones españolas, como el Reina Sofía, la Fundación ARCO y la Comunidad de Madrid.
Para el año que viene la organización anunció el país invitado será Perú.