POR MARÍA MERCEDES
La alegría alcanzó niveles tan altos, que de haber sido medida habría roto cualquier instrumento de medición. El pueblo, siempre dispuesto a divertirse, se encargó de que así fuera.
Y para lograr su objetivo desde tempranas horas de la tarde, padres acompañados de sus hijos fueron ocupando los mejores lugares para observar, aplaudir y piropear para bien o mal a las comparsas y carrozas al momento de hacer su desfile por la alfombra roja más grande que tiene el país, el Malecón.
A pesar de que el candente sol que privilegia esta tierra con sus fuertes rayos en pocas ocasiones hizo acto de presencia, el calor se adueñó de esta avenida porque todas las personas dominicanos y extranjeros hicieron suya esta gran fiesta, la más genuina y auténtica de los dominicanos, el Desfile Nacional de Carnaval 2005.
Sin importar la distancia, más de 22 provincias con tradición carnavalesca y diferentes sectores de Santo Domingo mostraron una vez más, porque el desfile de carnaval está considerado la máxima expresión de la cultura popular dominicana.
En la tarima presidencial, que estuvo ubicada entre la avenida George Washington y esquina Socorro Sánchez, se encontraban además del secretario de Estado José Rafael Lantigua, el vicepresidente de la República, Rafael Alburquerque en su condición de jefe de Estado interino. También asistieron como invitados de honor diplomáticos acreditados en el país.
Así mismo, José Rafael Lantigua dijo que las comparsas forman parte de una revolución cultural que enmarcará al país en niveles superiores del folclore y la cultura nacional.
Siguiendo la ruta que nos condujo a la tarima de la Cervecería Nacional Dominicana (Cnd), empresa que con su producto cerveza Presidente fue el patrocinador oficial de esta manifestación artístico-cultural, observamos la contagiosa alegría que tenían los presentes, actitud que fue en aumento con el transcurrir de las horas.
En la Zona Presidente, además de lanzarles tirantes de colores y confeti a los integrantes de las comparsas y al público, les soplaban aire acondicionado para refrescar sus caras de carnaval, o más bien para que la frescura del carnaval les alcanzara.
Desde la tarima de cerveza Presidente y de Malta Morena para los infantes, sus invitados observaron las diferentes comparsas y los disfraces, que este año no sólo representaban a los tradicionales diablos cojuelos y roba la gallina, pues muchos escenificaron la escena en que Quirino Ernesto Paulino Castillo era conducido a la cárcel por agentes de la Dirección Nacional de Control de Drogas.
A ritmo de merengue, mezclado con el sonido de los cascabeles y vejigazos, desfilaron los diablos cojuelos. También, el carnaval sirvió para protestar contra problemáticas sociales como el aborto, la pobreza, falta de medicamentos en los hospitales y el Metro de Santo Domingo.
En esa área, los invitados dejaron plasmados la alegría del momento con fotografías instantáneas.
Casi al frente, Tania Báez y Jochy Santos conducían la transmisión televisiva de las incidencias de este magno evento, que cada año reúne y convierte a los dominicanos en una gran familia.
DETALLES
El desfile de carnaval fue organizado por la Secretaría de Cultura, a través de su Comisión Nacional de Carnaval. Este año fue dedicado al jefe de Las Cachúas del municipio de Cabral, Barahona, Temístocles Féliz (Temo).