El conflicto entre la República Dominicana y Haití por la construcción del canal de riego en parte occidental del río Masacre, que mantiene las fronteras cerradas por disposición de las autoridades dominicanas, corre hacia una crucial segunda semana.

Expertos afirman que el país está perdiendo US$2.7 millones de dólares al día, lo que es igual a RD$153,252,000 y no creen que las ayudas dispuestas por el Gobierno puedan hacerle frente a la problemática, además de considerarlo como insostenible.

Esta cifra representa una fuga total de RD$1,532,520,000, en los 10 días de implementación, desde que el Ejecutivo dominicano decidiera tomar esta decisión, así como el reforzamiento de la línea limítrofe con el vecino país.

Mientras esto ocurre, terceros sienten las consecuencias, especialmente en la zona limítrofe que divide ambas naciones, el mercado binacional cerrado y comerciantes que ven afectadas sus economías.

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En ese sentido, el antropólogo Bernardo Matías, en entrevista para el programa “A Partir de Ahora”, asegura que el conflicto por el río Dajabón o Masacre, es una lucha de siglos, que siempre se ha resuelto por la vía diplomática, ya que a su entender, la militarización “nunca ha podido resolver este tipo de pugnas”.

Mientras, el Gobierno ha adoptado medidas para aplacar las pérdidas millonarias que genera tener el acceso restringido para el principal socio comercial de la República Dominicana.

Dentro de estas se encuentra la implementación de subsidios a comerciantes fronterizos, así como el aumento en el consumo de pollo que se entrega en los planteles educativos, como parte del almuerzo escolar.

De este modo, l Instituto Nacional de Bienestar Estudiantil (INABIE), anunció que a partir de esta semana, se elevará de 400,000 mil libras de pollo a 700,000 la demanda de esta carne blanca, para ayudar a los productores afectados.

Pero desde Santo Domingo el mensaje sigue siendo contundente, no habrá diálogo ni apertura, hasta que cese la construcción de la obra, aunque Puerto Príncipe no parece estar en disposición de acatar esa condición.

Mientras, el bloqueo entra en una semana crucial, en la que el gobierno haitiano se ha reivindicado la construcción y continúa con su levantamiento, suscitando el interés de cada vez más y más haitianos, quienes expresan abiertamente su apoyo y se aglomeran en la zona, que ha sido reforzada a ambos extremos.

Pese a esto, muchos se preguntan: ¿Mantendrá la República Dominicana su frontera cerrada? ¿Hasta qué punto es esto sostenible?

La repuesta es difícil de predecir, pero la realidad es que por cada día de inactividad, las pérdidas son doble, ya que, además de los ingresos económicos que deja de percibir la economía dominicana por esta vía, las autoridades están invirtiendo una cifra hasta el  momento no divulgada de dinero en subsidios, para evitar el quiebre de comerciantes y productores fronterizos.

Aunque a lo interno de Haití, la situación es crítica y amerita de un apoyo urgente.

Apoyo internacional

Cuando el conflicto aparenta no tener una salida inmediata, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), analiza la posibilidad de intervenir a Haití de manera integral, pedido que fue hecho por el propio primer ministro haitiano Ariel Henry, durante su ponencia en la 78° Asamblea General de la ONU, celebrada en la ciudad de Nueva York y que además fue replicado por el presidente dominicano Luis Abinader e incluso el estadounidense Joe Biden.

Varios países solicitaron lo mismo durante su participación en la asamblea anual, aunque será el Consejo de Seguridad quien decida si aprueba o no esta intervención, que estaría liderada por Kenia, quien ha llevado la voz cantante.

Además, países como Estados Unidos, Canadá, Francia, España y  otros tanto de América, África y Europa, están dispuestos a participar, en caso de que sea aprobada.

El problema radica en que China, Francia, la Federación de Rusia, el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte y Estados Unidos, son los cinco estados miembros permanentes, quienes cuentan con derecho al veto y un voto en contra, aniquilaría estas pretensiones.

Esto complica el panorama, ya que tanto China como Rusia han mostrado su desacuerdo con una intervención en Haití y aunque no han confirmado si utilizarán su derecho al veto, la amenaza se cierne sobre esta decisión.

Tensiones internas

Pero cuando aún no se logra consenso, las bandas armadas toman cada vez más y más fuerzas en Haití, agudizando la ya marcada crisis política, social, económica y humanitaria que atraviesa el país caribeño.

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Incluso, han aumentado las presiones para que el primer ministro Ariel Henry renuncia al cargo y convoque a elecciones lo más pronto posible, en busca de restablecer el orden democrático en el primer país independizado del Caribe.