POR UBALDO GUZMAN M.
El cierre del tramo entre las calles Ramón Santana y Santiago de la avenida Máximo Gómez, debido a la construcción del Metro de Santo Domingo, ha reducido las ventas y, en algunos casos, ha provocado el despido del personal de los negocios que operan en el área.

En ese tramo se construye la estación Educación del Metro y se realiza una excavación a cielo abierto hasta la Ramón Santana, donde ayer un equipo pesado rompió una tubería de agua potable, lo que provocó que se suspendieran los trabajos.

Uno de los negocios más afectados es la lavandería Máximo Gómez. El personal se ha reducido en un 50% y la clientela ha caído en un 70%.

Según Miguel Barberó, accionista de la lavandería, el negocio acumula pérdidas y tomará una decisión después que se reúna con un funcionario de la Oficina Para el Reordenamiento del Transporte (OPRET) para determinar si pueden recibir una compensación, de lo contrario tendrá que cerrar.

Señaló que la construcción del Metro afecta a todos los negocios establecidos en esa área, porque prácticamente hace inaccesible la llegada de clientes. “Estamos en una situación de ver realmente qué decisión se va a tomar al respecto, ya que no tenemos un cronograma adecuado del tiempo que va a durar la obra. Es insostenible mantener un negocio, porque el que viene aquí es una persona que tendría un interés sumamente especial, porque es un riesgo llegar aquí. Esto es una tragedia”, dijo Barberó.

En el tramo funcionan varios negocios de comida rápida y uno de comida china, una oficina de Air France, tres bancos, una estación de combustible, una heladería y una lavandería, entre otros.

La gerente de un tienda de jeans, ubicada en la plaza Faro, Gabriela Pérez, dijo que los clientes han disminuido debido al polvo, el ruido y las dificultades para acceder al negocio. Muchas personas creían que la tienda estaba cerrada. “Tiene que ser un cliente fijo para venir aquí”, dijo.

En Pollos Victorina, ubicada frente donde se construye la estación Educación, las ventas se han reducido en cerca del 80%. Se tiene previsto despedir personal. Los números están en rojo.

Los negocios ubicados en el tramo Santiago y Ramón Santana fueron afectados anteriormente por la construcción del Metro, debido a la colocación de algunas tuberías. La Plaza D’Agostino fue una de las más afectadas en ese entonces. Según Madelin Pérez Saldaña, gerente de Lave, que vende mobiliario de oficina, el negocio ha sido afectado por el polvo y el difícil acceso al parqueo de la plaza El Faro.

“Los problemas son la incomodidad del transporte, el polvo y la movilización hacia el supermercado y los bancos”, dijo. La construcción del Metro no ha efectuado en cuanto a los clientes, porque son por citas, pero a los empleados se les hace difícil llegar a tiempo por los taponamientos.

La OPRET, que dirige el ingeniero Diandino Peña, no le ha informado nada a los dueños de los negocios, sino al propietario de la plaza El Faro.

En el restaurante de comida china Fari Chan, la situación no es diferente. La venta ha descendido bastante por lo que ha tenido que hacer ofertas para atraer a los clientes y ha tenido que asumir sus pérdidas. En la bomba Shell también ha disminuido la venta.

Visión diferente

Pedro Antonio Villanueva, gerente del supermercado Nacional, dijo que el negocio ha sido afectado por la construcción del Metro, pero no ha sido tanto “como nosotros habíamos pensado”. La venta se ha reducido en un 5%.

Cree que el Metro será una obra para bien y “lo hemos aguantado pacientemente, porque será positivo el que pase un Metro frente al Supermercado Nacional.  “Es como una inversión que tú haces a largo plazo que al final tendrá sus beneficios”, dijo.

Explicó que, aprovechando la excavación al frente en la Máximo Gómez, se remodelará el edificio del supermercado, “para prepararnos para los tiempos que vienen que entendemos que serán mejores”. Se ha reforzado la cantidad de empleados de limpieza por el polvo y los clientes tienen más dificultades para parquearse.