En los últimos 30 años, los cierres de campaña proselitistas de los partidos mayoritarios en la República Dominicana han reflejado varias tendencias y características claves que destacan tanto las estrategias como las dinámicas sociales y culturales del país.
Los partidos que han dominado el escenario político en este período son el partido Reformista Social Cristiano (PRSC) (1994-1996), el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) (1996-2020), el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) (2000 – 2004), así como el Partido Revolucionario Moderno (PRM) (2020 – 2024).
Históricamente, estas organizaciones han utilizado considerables recursos financieros y logísticos para asegurar la asistencia masiva a los cierres de campaña. Esto incluye transporte gratuito, provisión de alimentos y bebidas, y la organización de conciertos y espectáculos con artistas populares.
Esta demostración de recursos es también una señal de la influencia y poder de estas organizaciones.
Sin embargo, los cierres de campaña han evolucionado, adaptándose a la importancia del papel de los medios de comunicación y las redes sociales donde se ha demostrado una influencia en el comportamiento de la sociedad dominicana.
En las últimas décadas, la cobertura mediática ha sido crucial, con transmisiones en vivo de los eventos por televisión, radio y recientemente, plataformas de streaming y redes sociales.
Los partidos aprovechan estos medios para amplificar su mensaje y alcanzar a una mayor audiencia.
De acuerdo con la politóloga, Rosario Espinal, este fenómeno se debe al alto costo económico que implica la movilización de los simpatizantes, debido a la falta de interés de asistir por motivación propia.
“Lo importante ahora, y es más barato, es que la actividad se vea en los medios y las redes», dijo al periódico HOY.
Espinal, indicó que estos actos masivos “eran posible porque había mucha polarización ideológica y emotividad en la política dominicana. Ya no es así, y además, los mecanismos de comunicación han cambiado”.
Otro aspecto que pudiera influir en la evolución de los cierres multitudinarios es la falta de garantías en que la inversión en la logística para estos eventos, se traduzca en votos a favor del candidato.
Impacto y alcance del discurso:
No obstante, se cree que los cierres de campaña un impacto significativo en la opinión pública. Sirven como el último empuje para consolidar el apoyo de los votantes indecisos y motivar a los simpatizantes a votar.
La percepción de un cierre de campaña exitoso puede influir en la moral de los votantes y en la narrativa mediática en los días previos a la elección. Al menos así lo considera la población dominicana que suele decir “hubo tres gatos” cuando en la concentración hubo poca gente, o en el caso contrario; “ahí no cabía ni un mandado”.
En cuanto al mensaje, los discursos en los cierres de campaña suelen centrarse en promesas de desarrollo económico, mejoras en los servicios públicos y la lucha contra la corrupción.
Los líderes de los partidos mayoritarios utilizan estos eventos para conquistar a sus bases, destacando los logros de sus administraciones anteriores (en el caso del partido oficialista) y criticando a sus oponentes. La retórica patriótica y el llamado a la unidad nacional también son comunes.
Gracias a la tecnología la narrativa logra más alcance pero ¿qué tanto puede esto pueda generar interés es la sociedad? que como señala Espinal, había una “emotividad política” determinante para las urnas.
Lo que nos lleva a las siguientes preguntas ¿Hay una crisis de fe en el sistema partidista dominicano? ¿La sociedad dominicana ha perdido interés en participar en procesos electorales multitudinarios? O Será que se logró tal madurez política que entiende que la aglomeración, los tapones, el ruido y la basura que queda después son innecesarios.
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