BERLÍN. Los rescatistas lidiaron con los daños puestos al descubierto una vez que bajó el nivel de las aguas el sábado, al tiempo que la cifra de muertos por las inundaciones funestas en el oeste de Europa rebasó las 160 y las tareas se concentraron en la reconstrucción tediosa de comunidades que fueron devastadas en cuestión de minutos.
El número de decesos en el estado de Renania-Palatinado, en el oeste de Alemania y donde se encuentra el condado Ahrweiler seriamente afectado, ascendió a 98. Las autoridades confirmaron la muerte de otras 43 personas en el vecino estado de Renania del Norte-Westfalia. El centro nacional de crisis de Bélgica confirmó 27 decesos en el país.
Lluvias fuertes registradas por días convirtieron los ríos normalmente de bajo cauce y las calles en torrentes de aguas salvajes esta semana y causaron inundaciones desastrosas que arrasaron con vehículos, se tragaron viviendas y dejaron a la población atrapada.
Inmediatamente después que las inundaciones se registraron miércoles y jueves, las autoridades alemanas generaron una lista larga de personas desaparecidas —algo aparentemente causado en gran parte por la confusión, la repetición de reportes y los problemas de comunicación en las zonas afectadas, algunas de las cuales carecían de los servicios de electricidad y de telefonía.
Para el sábado, las autoridades aún temían encontrar más personas sin vida, pero indicó que los números de personas desaparecidas habían disminuido constantemente, sin ofrecer cifras especificas. En Bélgica, 103 personas fueron reportadas como desaparecidas el sábado, pero el centro de crisis afirmó que se cree que la pérdida o descarga de celulares y el traslado de personas sin identificación a los hospitales sin oportunidad de contactar a sus parientes fueron factores del número elevado de personas en la lista.
Mientras tanto, la disminución del nivel de las aguas mejoró los accesos en gran parte de las regiones afectadas y reveló la extensión de los daños.
“Mucha gente ha perdido todo lo que les llevó una vida conseguir —sus posesiones, su hogar, el techo sobre sus cabezas”, lamentó el presidente alemán Frank-Walter Steinmeier después de reunirse con rescatistas y otras personas en el pueblo de Erftstadt. “Solo será posible revelar en semanas cuánto daño necesita ser compensado”.
Steinmeier subrayó que la población en las zonas afectadas necesitan apoyo continuo.
“Muchas personas aquí en estas regiones lo perdieron todo excepto la esperanza y no podemos decepcionar esa esperanza”, sostuvo.
En Erftstadt, un poblado al suroeste de Colonia, se llevó a cabo un angustioso operativo de rescate el viernes para sacar a la gente que quedó atrapada cuando el piso cedió. Al menos tres viviendas y parte de una mansión se derrumbaron en el distrito turístico de la localidad, Blessem.