En la historia dominicana han ocurrido varios episodios en los que se ha cuestionado la seguridad interna de las diferentes instituciones del Estado dominicano, así como, los protocolos aplicados por el personal que se dedica a la protección de los titulares de las dependencias del Gobierno, la estructura física de estas y su personal.
El reciente asesinato del ministro de medio ambiente y recursos naturales, Orlando Jorge Mera, retrotrae otros episodios fatídicos para la historia, la política y la sociedad dominicana, pues han puesto en evidencia las fallas estructurales de la metodología aplicada por los elementos de seguridad de las instituciones y los funcionarios.
«Entren todos..»
Desde 1998 en el país se han suscitado situaciones que han puesto en evidencia las debilidades en la protección y seguridad de las instituciones del Estado y las personas que asisten a diario allí. El caso más antiguo de la historia reciente que llega al imaginario colectivo es el altercado que se produjo en las afueras de la Liga Municipal Dominicana (LMD), entre el jefe de la Policía Nacional, el mayor general José Aníbal Sanz Jiminián, con el entonces presidente del Senado, Ramón Alburquerque, cuando este último quiso entrar al edificio acompañado de una turba de dirigentes políticos de la época originando una respuesta por parte del contingente policial apostado a las afueras del edificio.
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En ese momento había una discusión a lo interno del organismo debido a que en el país se instalaban nuevas autoridades congresuales y municipales en las que el Partido Revolucionario (PRD), había obtenido la mayoría de las plazas (resultado influenciado en gran medida por la muerte de Peña), Johnny Ventura acababa de ganar la sindicatura de la provincia Santo Domingo y el PRD quería posicionar al dirigente Julio Mariñez como el nuevo secretario general de la Junta Municipal Dominicana, intención que se vio frenada por el entonces miembro del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), Amable Aristy Castro con quien había poco margen de diferencia en las votaciones para la posición.
«Están disparando»
Más tarde, en 2003 también durante un cambio de autoridades en la Cámara de Diputados originó una discusión interna entre los partidos que convergieron allí en ese momento de la historia. La presidenta de la Cámara Baja en ese entonces, Rafaela Alburquerque del PRSC, se preparaba para pasar el mando al primerizo en la posición Alfredo Pacheco del PRD, sin embargo, tras horas de discusión y desorden, en el edificio hubo una interrupción en el servicio de energía eléctrica lo que originó más caos y confusión que degeneró en que alguien sacara su arma de fuego y disparara varias veces al aire sin pensar en las consecuencias.
Reportes posteriores indican que el «Apagón» solo ocurrió en la Cámara de Diputados, a pesar de que en la estructura también se encuentra el Senado de la República. De los disparos como de la interrupción de energía se responsabilizan a dos dirigentes políticos.
«Mataron a Juancito»
En 2015, alrededor del mediodía del 15 de diciembre, el alcalde de Santo Domingo Este, Juan de los Santos, fue asesinado en su oficina de la Federación Dominicana de Municipios (FEDOMU), institución que presidía, por un amigo y colaborador que irrumpió en las instalaciones de la institución y sin mediar palabra disparó contra el alcalde de Santo Domingo Este y su guardaespaldas para luego quitarse la vida.
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Aún hay cierto dejo de misterio sobre el hecho, pero la versión más aceptada es que el matador, Luis Feliz, quien también era amigo personal de «Juancito» desde hace muchos años atrás, había adquirido algunos compromisos económicos con su víctima por la instalación de aires acondicionados en sus bancas de apuestas, además, se dice que Feliz había sido descartado para la obtención de un contrato de instalación de centrales de aires para el Estado por su falta de experiencia.
«En un baño de la OISOE»
También en 2015, David Rodríguez García, un ingeniero contratista oriundo de Monte Plata, de 40 años de edad, alrededor de las 3:00 p.m. del viernes 25 de septiembre, se quitó la vida en uno de los baños públicos de la recién eliminada Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado (OISOE) por una deuda que la institución no había saldado.
La Policía informó que respecto al caso se detuvo al señor Joel Soriano de los Santos, empleado de la OISOE, ya que su nombre apareció escrito en una nota que el ingeniero cargaba en sus bolsillos.
Rodríguez García había ganado, en un sorteo de obras, la remodelación de la escuela básica Francisco del Rosario Sánchez, en Peralvillo, Monte Plata, de los que un día antes de su muerte se habían transferido a su cuenta un valor neto de RD$6,652,768.38. El valor total de la obra fue de RD$21,444,781.64.
El hecho motivó una investigación sobre corrupción en la institución.
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«Miguel ¡No!»
El más reciente de los casos en los que la seguridad de las instituciones del Estado ha fallado es el asesinato del ministro de medio ambiente y recursos naturales, Orlando Jorge Mera, muerto a tiros por un amigo de la infancia del funcionario quien al día de hoy aún se desconoce cómo y por qué entró con un arma de fuego hasta el despacho del ministro.
Su matador, Fausto Miguel de Jesús Cruz, un empresario allegado a la familia Jorge Mera disparó al menos en siete ocasiones al ministro y luego se entregó a las autoridades a través de la Iglesia. El Ministerio Público planea presentar la acusación de asesinato en su contra en las próximas horas.