Cinco días de abril de 1965

Cinco días de abril de 1965

Jesus de la Rosa.

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Sin haber terminado de ponerse de acuerdo en relación con la naturaleza del gobierno que habría de sustituir al llamado Triunvirato, el coronel Miguel Ángel Hernando Ramírez y sus aliados acordaron que el alzamiento contra dicho gobierno de facto habría de comenzar a las 6 AM del martes 27 de abril de 1965 en el Campamento 16 de Agosto, asiento de la Cuarta Brigada del Ejército Nacional. Pero, un hecho inesperado precipitó la marcha de los acontecimientos. En efecto, la madrugada del sábado 24 de abril de 1965 el entonces Jefe de Estado Mayor del Mayor del Ejército Nacional, general Marcos Rivera Cuesta, recibió instrucciones del presidente Donald Reíd Cabral para que procediera a arrestar a un grupo de oficiales del Campamento 16 de Agosto de quienes el mandatario sospechaba que estaban involucrados en una conjura para derrocarlo. En horas de la mañana de ese mismo día, fueron arrestados y conducidos en calidad de prisioneros a la Jefatura de Estado Mayor del Ejército Nacional los coroneles Hernando Ramírez, Álvarez Holguín, Lora Fernández entre otros. El general Rivera Cuesta los condujo sin sospechar que los tentáculos de la conspiración se extendían más allá de su propio despacho. En efecto, al percatarse de lo que estaba sucediendo, los oficiales superiores y subalternos comprometidos con la conjura que prestaban servicios en ese mismo lugar, entendieron que la hora de los grandes acontecimientos había llegado. Conducidos por el capitán Mario Peña Taveras, maniobraron con energía y decisión apresando al Jefe de Estado Mayor del Ejército Nacional y a todos sus acompañantes.
A las 1:30 de la tarde del 24 de abril de 1965, José Francisco Peña, a través de la emisora Radio Comercial, anunciaba al país el inicio de una revuelta militar para deponer el gobierno de facto de Donald Reid Cabral. Media hora más tarde, oficiales rebeldes irrumpían en la Radio Televisión Dominicana para dar a conocer al pueblo los detalles y los propósitos de su movimiento. El espectáculo de la tarde del 24 de abril era impresionante: camiones y otros vehículos del Ejército Nacional recorrían las calles de la ciudad de Santo Domingo vitoreando la Constitución de 1963 y demandando el regreso al poder del profesor Juan Bosch. Ese espectáculo sorprendió a casi todos los dirigentes y miembros de partidos políticos de izquierda quienes creían a ciencia cierta que todos los militares éramos iguales. Les tomó de sorpresa el hecho de que un recinto militar surgiera todo un movimiento para restablecer un orden constitucional.
En horas de la tarde de ese mismo día, tuvieron lugar los primeros combates entre tropas sublevadas y contingentes de soldados leales al gobierno de facto. Tres pelotones rebeldes se enfrentaron por los alrededores de la Radio Televisión Dominicana a fuerzas combinadas de la Policía y de infantería del Ejército Nacional. A esas dos agrupaciones se les unió una unidad de blindados comandada por el coronel José de Jesús Morillo López. En las filas policiales se registró un número considerable de bajas. Ante la superioridad en número y en volumen de fuego de sus contrarios, los pelotones sublevados optaron por retirarse en dirección a los cuarteles de donde habían venido.
La alegría de los primeros momentos se transformó en incertidumbre.
Alrededor de las ocho de la noche del 24 de abril de 1965, el coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó hizo su entrada al Campamento 16 de Agosto para incorporarse al bando rebelde. Un poco más tarde, arribaron al mismo lugar el general Antonio Imbert Barreras y el coronel Adriano Valdez Hilario, quienes de trataban de evitar que los combates entre militares continuaran.
La misma noche del 24 de abril, el presidente Donald Reid ofreció algunos detalles del alzamiento. A través de la Televisora Oficial dijo: que “con la excepción de algunos oficiales y alistados del Campamento 16 de Agosto, nadie, absolutamente nadie, se había sumado a tan absurda aventura” a tiempo en que prometía que la rebelión sería rápidamente aplastada. El coronel Hernando Ramírez le respondió ordenando que efectivos rebeldes al mando del coronel Francisco Alberto Caamaño asaltaran la Intendencia General del Ejército y ocuparan la ciudad de Santo Domingo.

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