Cinco días de abril de 1965

Cinco días de abril de 1965

Jesus de la Rosa.

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El doctor Tirso Mejía Ricart, en su artículo “Significación Histórica de la Guerra de Abril”, escrito hace ya más de 34 años y publicado por primera vez en el periódico HOY, en su edición correspondiente al 26 de abril del año en curso, tuvo a bien expresar lo siguiente: “la celebración de un nuevo aniversario de la Guerra de Abril es propicia para evaluar en su justa dimensión histórica esas trascendentales jornadas de nuestro pueblo”
Apegándonos a esa misma idea del destacado historiador y catedrático universitario, traemos a colación el hecho de que por una mayoría aplastante de los votos emitidos, el profesor Juan Bosch ganara las primeras elecciones libres celebradas en el país después del ajusticiamiento del tirano Rafael Leónidas Trujillo Molina. El político y escritor nacido en un municipio de la provincia de La Vega Real e hijo de padre español y madre puertorriqueña no solamente resultó ganador de esos comicios celebrados el 20 de diciembre de 1962, además, el partido al cual pertenecía obtuvo la mayoría de los asientos en ambas Cámaras. El 27 de febrero de 1963, el entonces líder del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) se juramentó como Presidente Constitucional de la República. Al acto de su investidura como tal acudieron renombrados hombres de Estado y líderes políticos de la América Española.
Juan Bosch gobernó el país apegado a las normas democráticas. Sus decisiones siempre estuvieron ajustadas a la letra y al espíritu de la Constitución de la República. En su gobierno no se persiguió ni se encarceló a nadie por razones políticas. Lamentablemente, fue derrocado, el 25 de septiembre de 1962, siete meses después de haber asumido el cargo, por un golpe de estado militar encabezado por el entonces coronel de infantería Elías Wessin y Wessin.
Los militares golpistas, inmediatamente después que consumar la acción de derrocar el gobierno constitucional, convocaron a los dirigentes de los partidos políticos implicados en la conjura para establecer un gobierno colegiado integrado por tres miembros civiles: Emilio de los Santos, Manuel Enrique Tavares y Ramón Tapia Espinal. A esa banda se le llamó el Triunvirato. Poco tiempo después de formada, dimitió el triunviro Emilio de los Santos, siendo sustituido por Donald Reid Cabral. Más tarde, también renunció Tapia Espinal siendo nombrado en su lugar Ramón Cáceres Troncoso. Finalmente, también dimitió Manuel Enrique Tavares y no fue nombrado ningún sustituto en lugar de éste. Sin embargo, a ese engendro de gobierno integrado por solo dos personas, continúo llamándosele “El Triunvirato“
Durante el gobierno del “Triunvirato”, la economía dominicana experimentó una serie de calamidades: los precios del azúcar se derrumbaron en los mercados internacionales; la producción del café y de otros rublos mermó considerablemente; los niveles de exportación experimentaron alzas; en resumen, durante el gobierno de facto del “Triunvirato” los dominicanos se mantuvieron consumiendo mucho más de lo que el país podía producir. A todo ello, se le agregaba el hecho de que la corrupción campeaba por sus fueros: los aviones de la Fuerza Dominicana y los buques de nuestra gloriosa Marina de Guerra eran empleados en labores de contrabando. Cantinas, surtidas con artículos introducidos en el país sin pagar impuestos, funcionaban en los recintos militares. Fue en ese ambiente de ilegalidad y de corrupción en los altos mandos militares que surgieron y se desarrollaron una serie de conspiraciones que dieron al traste con el gobierno de facto del llamado “Triunvirato”
Somos de opinión que si el gobierno del llamado Triunvirato se hubiese comportado como los gobiernos de Rafael Bonnelly y Héctor García Godoy, los hechos de abril no hubiesen tenido lugar.
Para finales de febrero de 1965, todo lo que faltaba para fijar la fecha del inicio de las acciones para derrocar el gobierno de facto era un acuerdo definitivo entre los altos militares comprometidos con dicha acción en torno al tipo de gobierno que sustituiría al gobierno de facto: Vuelta a la Constitución del 63 con el regreso del profesor Juan Bosch al poder o la instalación de una Junta Militar que habría de organizar nuevos comicios para elegir nuevas autoridades.

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