Cincuenta años cuidando las miradas de los dominicanos

Cincuenta años cuidando las miradas de los dominicanos

Innovador. El Instituto Espaillat Cabral fue la primera clínica oftalmológica del país y es el primer centro médico nacional dedicado a una sola especialidad del área de la medicina.

Fue el primer centro de salud en República Dominicana donde se realizó por primera vez cirugía ocular con el uso de microscopio, cirugía láser para problemas oculares y, además, se contó con quirófanos especializados exclusivos para intervenciones oftalmológicas.

Se trata del Instituto Espaillat Cabral, que está celebrando medio siglo de haber abierto sus puertas como la primera clínica oftalmológica del país y como el primer centro médico nacional dedicado a una sola especialidad del área de la medicina.


Lo fundó el reputado médico Arnaldo Espaillat Cabral, científico, escritor y gran investigador, el uno de abril de 1970, aunque el singular edificio comenzó a recibir pacientes en septiembre.

La estructura fue otra novedad: es un diseño arquitectónico basado en la anatomía del ojo, una de las pocas edificaciones en el mundo creada a partir de las características de un órgano humano. Ha sido fotografiado y presentado en diversas revistas arquitectónicas internacionales y criollas.

Desde su creación, Espaillat Cabral puso a disposición de nativos y extranjeros los más modernos avances científicos en todas las ramas de su especialidad, ofreciendo a sus pacientes un trato humano, digno, personalizado.

El consagrado oftalmólogo llevaba desde niños a sus hijos Arnaldo y Alejandro, a realizar las tareas del colegio junto con su tía Tamara Matos, que trabajaba como optometrista ortopista en el Instituto. Se acostumbraron a ver el ambiente de los pacientes, los estudios diagnósticos que les realizaban y Arnaldo hijo recuerda que a los nueve años el papá los introdujo a ver una cirugía de cataratas que realizaba.

“Yo también entraba a ver las clases que mi padre impartía a los estudiantes de medicina en el auditórium que tenía el Instituto. De tal manera que se me fue haciendo algo muy natural todo lo relacionado con salud. Al ir estudiando en la carrera de medicina y luego en la especialidad de oftalmología, esto se convirtió en pasión”, cuenta el joven Arnaldo, quien ha continuado al frente del Instituto tras el retiro de Espaillat Cabral.

No solo se ocupó de ampliar las instalaciones, a las que sumó nuevos estacionamientos, salas de espera, de consulta, de operaciones, sino que convirtió la empresa en pionera en la realización de cirugía con la técnica de “facoemulsificación” y luego la utilización del láser de “femtosegundo” “para la forma más moderna de cirugía refractiva cien por ciento láser (para la corrección de la miopía, hipermetropía y/o astigmatismo)”.

Introdujo la corrección de la presbicia, primero con tratamientos corneales y desde más de una década con lentes intraoculares correctores de presbicia, astigmatismo “y también para visión sin gafas, a todas las distancias: lejos, intermedio y cerca”.

En la actualidad, Espaillat Matos, quien ha incorporado al centro a la modernidad con equipos y métodos de última generación, realiza procedimientos quirúrgicos oftalmológicos de la más amplia diversidad: problemas de párpados, órbitas y vías lagrimales, cirugías de córnea, glaucoma, catarata, de retina y vítreo, así como de estrabismo infantil y del adulto.
Alejandro vive y ejerce la especialidad en Estados Unidos.

Enseñanza de la oftalmología.El visionario fundador del Instituto, no solo lo concibió como centro para recibir y tratar pacientes con afecciones de la vista, sino también como lugar de enseñanza. Desde hace 50 años han contribuido a la formación de capital humano de alta calidad compartiendo conocimientos y buenas prácticas con las nuevas promociones de médicos oftalmólogos.

Desde su fundación, comunicó Espaillat Matos, “ha servido de aula permanente para médicos que buscan la excelencia en todas las ramas de la oftalmología. Ahora, el Instituto ofrece un Programa de Especialidad a nivel de posgrado en Cirugía de Catarata y Refractiva, así como programas de pasantía médica y rotación de estudiantes de medicina”.

Esta cualidad es destacada por el doctor Herbert Stern en su libro sobre la historia de la medicina dominicana. “A partir de la inauguración, ese centro se encontraba preparado para impartir docencia, al estar afiliado a la Universidad Autónoma de Santo Domingo, y contaba con las facilidades técnicas y docentes para ofrecer entrenamiento en oftalmología”. Son muchos los egresados.
Otra característica que ha identificado al Instituto desde su creación hasta el presente, es la entrega a personas de escasos recursos económicos, que disfrutan de los mismos servicios y tratos de pacientes con mejor posibilidad de ingresos. Espaillat Cabral abrió un área de servicios sociales para consultas populares a una gran población de dominicanos, consigna Stern. Espaillat Matos tiene vigentes esas atenciones.
El actual director ha logrado mantener un protocolo especial durante la pandemia, aunque la higiene, el orden, la amabilidad, han sido costumbres en el Instituto desde su nacimiento.
Espaillat Matos es quizá el más actualizado de sus colegas dominicanos. Es un afable ser humano que trata a los afectados con cariño, delicadeza, es tan experimentado, que apenas concluye el estudio preliminar de la vista del paciente, ya tiene prácticamente el diagnóstico.
De su padre heredó también la dedicación a la investigación científica, la asistencia a congresos, la publicación de obras, la presidencia de instituciones relacionadas con su área. Es coeditor y coautor de tres libros de oftalmología y ha publicado más de 30 artículos científicos en revistas especializadas. Dicta conferencias aquí y en otros lugares del mundo, es catedrático de dos universidades y viaja con frecuencia a actualizarse. Es muy celebrado por sus exitosas cirugías.
Se explaya definiendo los numerosos equipos que introdujeron desde 1970: cámaras, campímetros, amblioscopios, lámparas, lentes, microscopios, mesas quirúrgicas, tomógrafos, tonómetros… La nueva expansión del edificio, explica, cumple con los estándares de diseño, construcción y supervisión aplicados a los edificios hospitalarios en los Estados Unidos…”.
Está casado con Claudia Arvelo, madre de sus hijos Arnaldo, que también se especializa en oftalmología, y Gabriela.
El fundador. Nació en 1931, en Mao, hijo de Santiago Espaillat Ulloa y Eudosia Cabral Reyes. Quedó huérfano a los seis meses porque Trujillo mandó a asesinar a su padre por simpatizar con Desiderio Arias. Desciende de Máximo Cabral, héroe de La Barranquita.
Se graduó de médico en 1956 y en 1960 se trasladó a Barcelona donde ganó por oposición su entrada al Instituto Barraquer. Estuvo casado con Miriam Matos (fallecida) con quien procreó a sus hijos Arnaldo, Alejandro, Arlina y Arlette.
Espaillat Matos considera que el sello que distingue al instituto “se resume en nuestros valores: ética, compromiso con la calidad y la excelencia, trabajo en equipo, equidad, compromiso social, respeto, integridad, calidez humana, liderazgo, cumplimiento y responsabilidad y actualización médica y tecnológica”.

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