Cincuenta años después

Cincuenta años después

DECIDEN ACTUAR CONTRA CONSPIRADORES

El jueves 22 de abril de 1965 el Presidente de facto Reid Cabral decide “agarrar el toro por los cuernos” luego de evaluar sus informes de inteligencia, los del General Elías Wessin y Wessin y el último de la roedora CIA. Convoca a su despacho al Jefe del Ejército, general Marco Rivera Cuesta, evalúan la evidente conspiración en la Primera Brigada y en el Campamento 27 de Febrero y luego lo cita para el día siguiente. Al mediodía anuncia la destitución de 7 oficiales de San Isidro. Se reúne en su despacho con el Embajador de Estados Unidos, W. Tappley Bennet, quien viajará mañana a Washington. En sus memorias Bennet dice haber abordado varios temas, y no cita el candente de las conspiraciones (?), aunque a primeras horas del día había celebrado con su equipo cercano una reunión evaluativa de la situación como parte de sus deberes antes de viajar. En reunión del Comité Central del izquierdista 1J4 leen un informe sobre la conspiración del Movimiento Enriquillo. Un dirigente finaliza el tema con la expresión: “Si uno se lleva de rumores de conspiraciones militares no trabaja”. Estalla un incendio en una casa del barrio María Auxiliadora en la que Oscar Santana y Pablito Gómez almacenaban decenas de molotov. La impaciencia colma a civiles y militares conspiradores. La cancelación de oficiales de San Isidro, diversos sucesos y las posposiciones del inicio de acciones desesperan a los complotados y presionan para que se actúe ¡ya! José Encarnación, de Villa Consuelo, le comunica a Rafael Molina Ureña, cabeza política del complot, que está listo “para entrar en acción” con un grupo de masones, obreros, rasos, cabos “y un sargento del Sur”. La conspiración se ha desmadrado.

 

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