EU RECONOCE ENORME POPULARIDAD CONSTITUCIONALISTAS

El general Imbert Barreras reacciona “enfurecido, iracundo” en su “despacho presidencial” de “la Feria” el 17 de diciembre de 1965 al ser entrevistado por periodistas norteamericanos sobre la decisión de EU de zanjar la crisis dominicana encumbrando a Antonio Guzmán en la Presidencia hasta el fin del período correspondiente a Juan Bosch, previa disolución de la Junta que preside y del Gobierno de Caamaño. Dice que no acepta “la fórmula Guzmán”, de donde un corresponsal dijo que es “una marioneta que mueve sus propias cuerdas”. El cambio de Washington al validar la propuesta constitucionalista de instaurar un Gobierno hasta el 27 de febrero de 1967 es el resultado de lo impresionante que ha sido para comisionados norteamericanos “la amplitud del apoyo popular de que disfrutan en la República Dominicana los constitucionalistas del coronel Caamaño”. Desde temprano se reiniciaron los combates en la parte Norte entre constitucionalistas y tropas de Imbert, la mayoría “frescas” traídas de San Isidro y de provincias. La lucha se concentra en la Máximo Gómez, próximo a La Manicera y al Cementerio Nacional, área al parecer preferida por los constitucionalistas para intentar revertir sus resultados negativos frente a tropas superiores en número y en armamentos que avanzan tras tanques de guerra y que cuando les parecen insuficientes recurren a los cañones 105 milímetros de las tropas norteamericanas. Al decir del exiliado cubano Antonio Llano Montes, asesor personal del general Elías Wessin y Wessin, “en cada esquina, desde cada edificio, detrás de cualquier pared, los rebeldes oponían fiera resistencia” (…) “pelearon con verdadero valor y no depusieron las armas hasta encontrar la muerte” (…) “pelearon con fiereza” (Pág. 165). Al dolor de cabeza de los anticonstitucionalistas por las emisiones furiosas de la radio constitucionalista, se une la circulación profusa del diario Patria, con un contenido y estilo de periodismo de guerra más agresivo que aquella.