Washington. EFE. Cindy McCain, la rica heredera de Arizona de sonrisa inescrutable que se paseaba en un Mercedes dorado durante sus años universitarios, es una mujer reservada y compleja, empresaria por obligación y filántropa por devoción. La esposa del candidato presidencial republicano, nació el 20 de mayo de 1954 en Phoenix, Arizona.
Cindy Lou Hensley fue la única hija del segundo matrimonio de James Hensley y Marguerite Smith, que ya tenían hijos de uniones previas. Su padre, artillero durante la II Guerra Mundial, creó un pequeño negocio de licores, Hensley & Co., que se convertiría en uno de los mayores distribuidores de cerveza del país.
Cindy creció en la abundancia y con la atención típica de cualquier hijo único, a pesar de tener dos medio hermanas, y heredó una fortuna superior a los 100 millones de dólares.
James Hensley la preparó para que asumiera las riendas del negocio familiar, aunque a ella le interesaba la educación de niños con minusvalías.
La heredera de los Hensley tiene un máster en educación especial por la Universidad del Sur de California y trabajó en un barrio pobre de Phoenix con niños con síndrome de Down. En la primavera de 1979, viajó con sus padres a Hawai, donde conoció a John McCain. Ambos mintieron sobre su edad- McCain, que tenía 41 años, dijo tener 37 y Cindy, de 24, aseguró tener 27. Fue un amor a primera vista.