POR CARLOS FRANCISCO ELÍAS
Luego de un año 2005 fuera de lo común, quizás lo mejor de su historia, la Cinemateca Dominicana se encamina a un status de planta física, que hace más de 26 años era el ideal: un proyecto de ornato trascendente que le devolviera un esplendor físico, sino máximo, al menos mínimo y con un decoro especial: porque es muy desagradable ver edificaciones cayéndose sin hacer nada…
El asunto de las bóvedas era crucial, lo explico: los museos de cine, los archivos fílmicos, tienen un lugar que se maneja con exigencias internacionales en materia de humedad y temperaturas, ello permite que el material fílmico se conserve técnicamente en el ambiente adecuado. Pues bien, hace tiempo la sala de bóveda tenía un brazo de mar, que ni el Egeo, para citar un mar de estirpe bíblica y añejo.
En las bóvedas donde se guardan las películas, las filtraciones de los techos, cambian la temperatura y distorsionan las exigencias ambientales internacionales, para que las cintas puedan ser conservadas en un lugar seguro.
De igual manera, la oficinas de la propia Cinemateca Dominicana, tampoco seguían en un estado apropiado para continuar operando bajo aquel espectro, entre la realidad iluminada de la oficina y los escombros presentidos, aquello era imposible y de igual manera: se estaba al amparo de la lluvia antojadiza, el espanto y la polvareda.
Mis reclamos, planteamientos y señalamientos sobre el tema, lo venía haciendo desde finales del año 2005, que era la idea, hacerlo todo entre Diciembre 2005 y Enero 2006, para que Mozart y su bicentenario natal, nos agarraran mejor vestidos. Bueno, el tiempo iba pasando y la reuniones se hacian, se determinaban las cosas.
Finalmente, se estableció un ruta de prioridades (Huelga explicar, amo el realismo y no el socialista, que mis escenas no fueron chiquitas, dejo el espacio para que se me desmienta..)
Voluntades e intenciones hubo siempre, el asunto era determinar las responsabilidades definitvas para que el trabajo de remodelación se hiciera a la mayor brevedad, de eso se trataba.
El consenso ejecutivo se logró, desde lo más alto, hasta lo más intermedio llegando a la base, de la Secretaría de Cultura, hasta que la maquinaria se puso en movimiento finalmente.
En otras palabras, temas como el de la seguridad de la Cinemateca Dominicana, el rescate de su espacio real, la recuperación de la sala como espacio de proyección etc, se han comenzado a solucionar.
HACIA EL PROYECTO DE LAS CINEMATECAS REGIONALES O LA EXPANSIÓN DE LA CINEMATECA DOMINICANA EN EL 2006
Toda esa reorganización de la planta física de la Cinemateca Dominicana, era un proyecto urgente y necesario, felizmente se está llevando a cabo.
Para el año 2006 la Cinemateca Dominicana debe cumplir con su proyecto de expansión al interior provincial del país. Dicho plan debe considerar los siguientes puntos:
A) Proyección de películas y organizacion del Cine Club Provincial.
B) Creación de las cinematecas regionales que puedan apoyar esos cine-clubes
Estos dos puntos son suficientes para crear un proyecto sin muchas complicaciones y capaz de ser realizado por los interesados cinéfilos del interior…
En el proyecto de la cinematecas regionales, la idea es que luego del impulso de la Cinemateca Dominicana, como eje original del proyecto, se les instruirá para que ellas mismas hagan acopio de su propio material, será cuestión de cursos de gestión de recursos de archivos fílmicos, para saber cómo ese material se organiza para su uso.
Ello no significa que la Cinemateca Dominicana, como centro asesor del proyecto, dejará de cumplir con sus obligaciones originales: enviar material y publicidad y explicar el resto del grueso del contenido de animación cinematográfica tal como corresponde.
De todos modos, no estaría demás que los ayuntamientos y entidades privadas de prestigio de la provincia en el área cultural se involucren en la preservación del patriminio fílmico regional, digo los ayuntamientos porque parte de su deber es justamente disponer de recursos para proyectos de corte colectivo que redunden en beneficio de las nuevas y viejas generaciones que amen el cine.
Como se entenderá, de lo que se trata es de descentralizar la relación cultural vertical con el centro asesor que en este caso es la Cinemateca Dominicana, las Ccnematecas regionales podrán con sus fondos propios adquirir su propio material filmico o en DVD, para fines de divulgación cultural, tomando conciencia de lo que toda coleccion de películas clásicas debe atesorar y exhibir y el valor histórico que tienen los clásicos alternados con el cine contemporáneo.
De lo que se trata es de no crear una simple dependencia del centro ahogando iniciativas importantes en cada lugar donde estas cinematecas regionales, se puedan desarrollar.
El mejor ejemplo, hasta el momento es Santiago de los Caballeros, norte de la República Dominicana, donde hay varios proyectos en embrión sobre este tema y donde también es muy probable que sea el lugar más apto para un desarrollo que vaya más allá de la categoría de proyecto piloto.
Se advierte además, que las cinematecas regionales tienen por objetivo, crear sus propias dinámicas, imaginar según contexto su propia animación cultural, a partir de su experiencia particular, de tal modo que sin en alguna ocasión la Cinemateca Dominicana se pone perezosa (no será el caso mientras yo esté) estas cinematecas regionales tienen ya su propio marco de trabajo y entusiasmo, para hacer sus labores regionales.
El 2005 se ha ido, a su paso en ese golpe de olas que barren impurezas, al nacer el nuevo año, el 2006 ha llegado con marcado acento natal y Mozartiano, en ese aire de allegro fílmico, iniciará la Cinemateca Dominicana sus labores de nuevo el 16 de febrero próximo, con novedades exquisitas y al día en materia de cine mundial, quizás como nunca… Será cuestión de esperar apenas menos de un mes…
NOTA : Tengo entendio que la Secretaría de Estado de Cultura me había otorgado una distinción, placa tienen los carros, como empleado estrella del año, quiero decir publicamente, que agradezco la distinción, pero que sin un equipo valioso el trabajo que se ha hecho en la Cinemateca Dominicana nunca se hubiera podido hacer, de modo que hago extensiva esa distinción a Iván Miura, Luis Rafael González, Pavel González, Teresa San José de Tavárez, Manuel Cruz, entre otros y a todo el personal técnico de la Cinemateca…
Honrar, honra.
La necesidad de la transformación de la sala
La Sala de la Cinemateca Dominicana, sagrada sea la parte para dar películas (excelente doble sentido involuntario ), normalmente se tenía como un lugar donde a cualesquiera se le podía ocurrir un fiestón estatal, es decir la más remota pendejada y ahí iba a morir todo el que no tenía local para inventos de esparcimiento estatal, dicho sea de paso, dejando sucio el lugar sin la mínima cortesía de limpiar para entregarlo.
La Sala de la Cinemateca Dominicana es para desarrollar un proyecto público, social y cultural en relación con la más extrema post modernidad del cine, ofrecimiento para hacer la calidad de vida de los ciudadanos más alta y más digna, la sala debe ser para proyectar películas bajo un programa especializado de programación acorde al auge de las corrientes viejas y nuevas del cine, en síntesis: difusión del cine mundial en todas sus expresiones, corrientes, modalidades y géneros, de eso se trata. Si esto no es es así, la Cinemateca Dominicana como proyecto real no tiene ningún sentido, tampoco tendría sentido pagar empleomanía especializada para que la República Dominicana progrese en estos temas que ya no son en el resto del mundo ni de grandes ciudades, porque si vamos a ver, Cinematecas hay en grandes provincias en muchos países de América Latina o en su equivalente provincial en Europa.
Los proyectos de Cinematecas regionales, con su animación, es a lo que debemos aspirar y de modo Comunal, debieran ser adminstradas por la comunidad cultural interesada en el tema y auspiciadas por ayuntamientos y vigiladas por los cine-clubes provinciales privados, por ahí debieramos andar. A ver si los ayuntamientos dejan de hacer tanta maldita politiquería y gastan el dinero en cosas que algo le dejen a sus poblaciones respectivas (las imprecaciones de arriba no distinguen partidos, ojo, porque estamos un poco harto de tanta palabrería y colores, ojo) sobre este tema volveré…
El carácter de operatividad de la sala de proyecciones públicas de la Cinemateca Dominicana hay que tomarlo en serio e intentar acondicionar la sala con el protocolo mínimo de un lugar que se respeta. Y cuando se habla de dignidad técnica me refiero a una proyección que no desmerite frente al público a la institución que debe tener por éste tema una preocupación fundamental: una sala sin nitidez, no tiene razón de ser.
La sala está siendo acondicionada tanto en la parte baja como en la parte alta.