Cinismo

Cinismo

Si este fuera un país civilizado, a estas horas la Refinería Dominicana de Petróleo (Refidomsa) estuviera rodeada de propietarios de vehículos averiados por la gasolina sin tratar despachada por esa empresa, demandando ser resarcidos en los daños directos e indirectos.

La irresponsabilidad en que se inscribe el despacho de ese carburante, el intento de evadir responsabilidades y la cínica respuesta dada al país, son más que suficientes para que todos los perjudicados, a una, iniciaran acciones legales para reclamar indemnización.

Si no fuésemos una especie de aldea, a estas alturas los propietarios de flotillas de vehículos afectados en sus intereses y que toman a crédito el combustible para sus medios de transporte, estuvieran resistiéndose a pagar por la basura que se les despachó como gasolina regular.

Un signo de civilización sería que la instancia judicial a la cual correspondiere atender estos actos de irresponsabilidad estuviere, en estos precisos momentos, emplazando a Refidomsa a una reparación económica por los daños causados y eventual indemnización por perjuicios económicos derivados de la inutilización de equipo rodante de empresas y comercios, por causa de la irresponsabilidad de haber puesto en el mercado un producto que viola las normas de calidad.

-II-

Todas esas vías de reclamo y sanción se justificarían porque Refidomsa, aún después de desenmascarada su irresponsabilidad, pretende involucrar a terceros en la provocación de los percances.

En su comunicado «explicando» las causas del problema, Refidomsa pretende hacer creer que los bajos inventarios en estaciones de gasolina hayan causado el arrastre de sedimentos del fondo de los depósitos hacia los tanques de los automóviles.

Tiene dudosa reputación el argumento de que semejante situación pudo haberse producido en tantas estaciones de todo el país al mismo tiempo, sobre todo sin explicar por qué, si así hubiese ocurrido, no pasó algo similar con la gasolina premium, sobre la cual no se tiene noticias que haya dañado bombas inyectoras.

Otro aspecto de las argumentaciones de Refidomsa que se desmorona por su propia inconsistencia es la defensa que hace esta empresa de los procedimientos de supervisión en el despacho de carburantes. De ser tan estricta esa supervisión, esos controles de calidad, cómo admitir entonces que se despachara al mercado la basura que inutilizó miles de vehículos en todo el país y cómo justificar la mala calidad de productos que esa empresa coloca en el mercado y que hacen más altos de lo que corresponde los costos de mantenimiento de máquinas a pistón que operan con gasoil, las cuales demandan filtración adicional por el hecho de que este derivado del petróleo generalmente tiene más sulfuros y sedimentos que lo tolerable por las normas internacionales.

Si fuéramos un país civilizado, nadie se atrevería a tanto cinismo.

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