En el corto tramo de cinco meses, el Ministerio Público ha hecho estremecer al círculo de cercanos colaboradores del expresidente Danilo Medina, con la apertura de dos investigaciones sobre supuestos casos de corrupción administrativa.
El último de los vinculados es el mayor general Adams Cáceres Silvestre, exjefe del Cuerpo de Ayudantes Militares de la Presidencia durante el gobierno de Medina, y quien fue apresado el sábado por supuestamente encabezar una red de corrupción de la que también formarían parte los pastores Rossy Guzmán, Tanner Flete, y el coronel policial Rafael Núñez de Aza.
La detención de ese grupo se produjo luego que el Ministerio Público realizara allanamientos simultáneos en San Pedro de Macorís, Samaná, Monte Plata, Santo Domingo Oeste y el Distrito Nacional, como parte de las investigaciones de la denominada Operación Coral.
A los imputados, que esperan el conocimiento de medidas de coerción en la Fiscalía del Distrito Nacional, se les atribuyen los delitos de asociación de malhechores, estafa contra el Estado, coalición de funcionarios, falsificación de documentos públicos, lavado de activos provenientes de actos de corrupción, y porte y tenencia ilegal de armas de fuego
Pero el golpe más duro para el círculo de colaboradores, y para el propio expresidente, fue el sometimiento a la justicia de un grupo de diez personas, entre esos exfuncionarios y dos hermanos de Medina: Alexis y Carmen Magalys.
El Ministerio Público acusa a Alexis Medina de ser el cabecilla de una red de corrupción que se enriqueció a costa de los contribuyentes, y que habría sustraído del erario público cerca de cinco mil millones de pesos.
En el caso, conocido como Operación Anti Pulpo, también se les imputan cargos a los exfuncionarios Freddy Hidalgo Núñez, Francisco Pagán, Fernando Rosa y Aquiles Cristopher Sánchez. Y como presuntos testaferros están vinculados Esteban Suriel Suazo, José Dolores Santana Carmona y Wacal Vernavel Méndez Pineda, según el expediente acusatorio.