Círculos, puertas, capítulos o como prefiramos llamarles

Círculos, puertas, capítulos o como prefiramos llamarles

Cuando nos referimos a los “ciclos”, es justamente a esos procesos de la vida que comienzan, se desarrollan y concluyen. Aunque a veces nos parezca que nada termine del todo realmente, es importante que aprendamos a cerrar ciclos cuando se agote el proceso, para que podamos seguir adelante y evitar quedarnos estancados.
Por eso es preciso que sepamos identificar cuando se acaba una etapa en la vida, porque si insistimos en permanecer en ella más allá del tiempo prudente, de seguro perderemos la alegría y el sentido de todo.
De manera que, cerremos esos círculos, puertas, capítulos o como prefiramos llamarles pero lo importante es poder cerrarlos, ser capaces de reconocer que llegó la hora de dejar atrás esos momentos en la vida que ya se van clausurando.
Hace unos días leía que todo el tiempo nos encontramos en un constante «ciclo de ciclos» interconectados entre sí, y que gracias a esta relación entre ellos es que justo cuando uno termina, el otro inicia y gradualmente el siguiente, por lo que sería “Un gran error, arruinar el presente recordando un pasado que ya no tiene futuro”.
Es importante cerrar ciclos porque repercute en lo que se hará en un futuro. Entendamos que si el ciclo, sea cual sea, permanece abierto, interfiere con nuestro avance personal. Es como por ejemplo: dejar una llave que gotea sin repararla y esperar a que esto no incida en el costo económico y ecológico del agua. Por supuesto en que va a llegar un momento en que el desgaste sería infinito porque en la vida, usted, yo, su amigo, sus hijos, sus hermanos y todos, estamos abocados a ir cerrando capítulos, a pasar la hoja, a terminar con etapas o con momentos de la vida y dar ese paso de seguir adelante.
Particularmente soy de opinión que el mayor inconveniente que enfrentamos es la resistencia a cerrar ciclos, en virtud de que nuestra mente se queda atrapada en momentos pasados, que a pesar de estar consientes de que debemos dejar atrás para que no entorpezcan nuestro avance, hay una parte de nosotros que quisiera seguir en lo mismo y no experimentar ninguna incertidumbre frente a lo nuevo. Pero estos “momentos” son los que constituyen ciclos a los que se le llaman apego, que es el vínculo afectivo que nos ata a cosas o personas, en muchas ocasiones sin sentido alguno.
Pero resulta que es salud mental y amor propio, decidir desprender aquello que realmente ya no forma parte de nuestra vida. Recordemos que nada ni nadie es indispensable, sí es un proceso difícil aprender a desprenderse, pero para nada imposible, se puede lograr porque solo es costumbre, apego, y dependencia. Por lo cual debemos cerrar, clausurar, limpiar, tirar, oxigenar, desprender, sacudir, soltar, hay tantas palabras que significan salud mental, pero cualquiera que sea la que escojamos, nos ayudará definitivamente a seguir adelante con tranquilidad.
Para esto, tengamos en cuenta que para cerrar ciclos es elemental ponernos en paz con el pasado inmediato, para seguir adelante sin que lo vivido nos afecte, ni invada nuestro presente. Como todo final implica también un comienzo, ese comienzo debe ser el foco de nuestra atención y nuestro interés, por eso abracemos ese cambio como a un nuevo amigo. Aprendamos a ver ese nuevo ciclo como la oportunidad para poner en práctica lo aprendido en el anterior y perfeccionar eso que ya sabemos.

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