Cita en grande con la cultura

Cita en grande con la cultura

La República Dominicana es  anfitrión, desde  hoy y durante trece días, para una cita esplendorosa con la cultura, en la que un número importante de escritores, cantautores, cineastas y otros intelectuales nacionales y extranjeros serán protagonistas de unas quinientas actividades, en las que se incluyen conferencias magistrales, circulación de obras y presentaciones artísticas. La  XVI Feria Internacional del Libro Santo Domingo 2013 está dedicada esta vez a Ecuador, cuyo presidente, Rafael Correa, será el primer mandatario latinoamericano en ejercicio en poner en circulación una obra literaria. Le acompaña una comitiva de por lo menos cien intelectuales  ecuatorianos de renombre. Correa es el tercer mandatario de América Latina que asiste a nuestra Feria Internacional del Libro. Antes lo habían hecho Ernesto Zedillo, de México, en 1999,  y Ricardo Lagos, de Chile, en 2001.

Como en cada edición, la Feria Internacional del Libro es un reto de innovación y creatividad. Esta vez no es menos. Se calcula que habrá al menos 700 exposiciones de índole cultural en la más amplia gama de disciplinas. Esa ha sido una de las características que ha hecho exitosas estas ferias, que tuvieron su inicio hace más de medio siglo como un evento nacional que luego se internacionalizó gracias a su acogida local e internacional. Auguramos que la tradición de de grandes éxitos tenga en esta ocasión una manifestación esplendorosa.

Ojo con esas caídas

Esta vez ha sido la Organización Nacional de Empresas Comerciales (ONEC) la que ha expresado preocupación por el comportamiento de las ventas, que según sus cifras han caído en un 15% desde que entró en vigencia la reforma tributaria. Ya antes advirtieron sobre el particular la Cervecería Nacional Dominicana y los productores de cemento, y la Asociación de Industrias de la República Dominicana alertó sobre la posibilidad de pérdida de empleos por esta causa.

Si los nuevos impuestos han quitado presión a la demanda de bienes y servicios o si el poder adquisitivo se ha deprimido, pueden ser síntomas de una desaceleración de la economía en momentos en que se necesita que sea más vigorosa y capaz de generar plazas de trabajo, en vez de cerrarlas. Lo peor de todo es que no hay a la vista indicación alguna de que se está haciendo “algo” para revertir estos síntomas inquietantes.

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