El investigador argentino Alejandro Mentaberry cree que la agricultura molecular es una gran promesa para América Latina, la que debe empezar a identificar como un posible objetivo tecnológico.

Señala que en ese campo ya hay trabajos en Cuba, Brasil y Argentina y que ahora empiezan a aparecer otros países interesados en este tipo de agricultura.

En esos tres países ha habido una contraparte industrial que ha ayudado a enfrentar los costos para que los proyectos tengan éxito, dijo Mentaberry al participar en el AV Encuentro Latinoamericano y del Caribe de Biotecnología Agrícola (Redbio 2004)@ que se celebra aquí.

Agregó que básicamente en Cuba, Brasil y Argentina, se ha trabajado en la industria farmacológica, en especial en reactivos, proteínas con alguna actividad con interés en salud humana o animal, como vacunas y anticuerpos.

Señaló que en principio, la molécula de Parmin, que consiste en la producción en plantas de moléculas que generalmente no producen (las plantas) y son de compuesto bioactivo de interés farmacológico, moléculas o proteínas de uso industrial, que pueden ser enzimas de uso en grandes cantidades.

La gran promesa de estas plantas es la cantidad que se puede producir, la cual es ilimitada, ya que está dada por la escala de la agricultura, no por el proyecto de las plantas que quiera. Hay que extraer de esas plantas las moléculas que a uno le interesan, dijo.

Sostuvo que el gran problema es diseñar sistemas que permitan un proceso más o menos barato. AAhí esta la limitación de costo. Hay que trabajar con una gran biomasa para extraer una pequeña cantidad de cosas importantes. Eso tiene un costo y hay que tratar de minimizarlo y hay distintos enfoques para hacerlo@.

La ventaja particular que esto tiene desde el punto de vista de la agricultura, es que permite diversificar la producción agrícola, la que conecta a otros campos económicos, como el farmacológico y el de la industria alimentaria, entre otras.

Con esto, agregó, la agricultura empieza a extenderse a campos mayor valor agregado, sino de cosas mas sofisticadas. Desde el punto de vista económico, la promesa es poder generar mucho valor agregado.

Mentaberry, con un PhD en la Universidad de Buenos Aires, Argentina, manifestó que su interés de la agricultura molecular para los países como los nuestros Arequerimos baja inversión de capital, comparada con otras industrias que requieren de grandes inversiones.

Indicó que la inversión de capital para producir, por ejemplo, un fármaco con tecnología tradicional en una planta, es mucho menos.

AEso quiere decir que hay una ventaja interesante para países en los que el capital de inversión para infraestructura no es muy alto y no está fácilmente disponible@, dijo.

De los países latinoamericanos que mayor potencial para la agricultura molecular tienen, son Brasil y Argentina, debido a que son naciones agrícolas y tienen industrias desarrolladas propias y grandes necesidades sociales desde el punto de vista de la industria de medicamentos por los problemas de salud que tienen que abastecer, así como desde el punto de la salud animal.

Expresó que una opción que tienen estos países, es producir materia prima para otras naciones y recordó que el Programa Cubano de Biotecnología tiene eso incorporado.

El investigador cree que los organismos internacionales apoyarían este tipo de iniciativa, cuando haya proyectos realistas de las perspectivas de retorno económico y apoyo financiero local para llevarlos adelante.

Mentaberry también opinó sobre el tema de la propiedad intelectual, el que considera que hay que ver desde dos puntos de vista.

Entre ellos, citó el encuadre de las normas de la propiedad intelectual dentro de los objetivos económicos de un país, Alas normas de propiedad intelecto tiene que ayudar a la innovación tecnológica, tienen que promoverla, garantizar a la compañía que innova una protección por cierto tiempo, lo que sirve para que otros innoven; pero al mismo tiempo tienen que ayudar a proteger al país sobre el uso de la propiedad intelectual por otras naciones más avanzadas que pueden usar esto como una barrera proteccionista para ellos mismos.

Precisó que hay que medir muy bien las normas de propiedad intelectual que se fijen, porque en definitiva, es un instrumento económico, Ano es solamente una cuestión que tiene que ver con los derechos individuales y es un instrumento que la sociedad da al creador de la propiedad intelectual como una especie de derecho transitorio, generalmente por 20 años para que tenga una ventaja.

AEl reconocimiento por el trabajo y el esfuerzo que uno hace, y en ese sentido retribuye con eso. Son dos aspectos que hay que balancear, no pueden ser normas absolutas. Hay normas de propiedad intelectual mas proteccionistas, menos proteccionistas, mas abiertas o más cerradas, depende mucho de las características de un país y de la etapa histórica en que se encuentre@, puntualizó.

Expresó que los países que hoy son mas patentadores, en el sentido de promover esto, han pasado muchas etapas antes, por ejemplo en Europa, por haber rechazado las patentes dos siglos atrás. AEso depende de cómo uno esté colocado en la carrera del conocimiento.