Citan impacto de comer insectos como alternativa alimenticia

Citan impacto de comer insectos como alternativa alimenticia

Los insectos comestibles, como algunas orugas y larvas, son importantes fuentes de proteínas y deberían tomarse en cuenta como recursos para incrementar la seguridad alimentaria en los países del Africa Central, declaró la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación, FAO.

Entiende que en muchos países de esa región, las orugas son un alimento importante, conforme lo explica la FAO en un documento publicado ayer en Roma, Italia.

Cerca del 85 por ciento,  según un estudio realizado en la República Centroafricana, consumen orugas, el 70 por ciento en la República Democrática del Congo y el 91 por ciento en Botswana.

«Los insectos comestibles de los bosques son una importante fuente de proteínas y, a diferencia de los procedentes de las tierras agrícolas, no están contaminados de plaguicidas», señala Paul Vantomme, experto forestal de la FAO.

ALTO CONTENIDO NUTRICIONAL

Cada 100 gramos de orugas secas contiene cerca de 53 gramos de proteínas, un 15 por ciento de grasas y alrededor del 17 por ciento de carbohidratos.

Su valor energético ronda las 430 kilocalorías por cada 100 gramos. Los insectos, además, tienen una mayor proporción de proteínas y grasas que la carne de bovino y el pescado, y un elevado nivel de energía.

Según la especie de que se trate, las orugas contienen abundantes minerales, por ejemplo: potasio, calcio, magnesio, zinc, fósforo y hierro, además de diversas vitaminas.

La investigación revela que 100 gramos de insectos proporcionan más del 100 por ciento de las necesidades diarias de los respectivos minerales y vitaminas.

«Debido a su elevado valor nutricional, en algunas regiones se utiliza la harina de orugas en la alimentación infantil para combatir la malnutrición», explica Paul Vantomme.

Añade que al contrario de lo que podría pensarse, en muchas regiones las orugas no representan un alimento que se consume en situaciones de emergencia, sino que forman parte integral de la alimentación cotidiana, de acuerdo a su disponibilidad estacional y son consideradas un manjar.

La recolección de insectos comestibles también es una buena fuente de ingresos, en especial para las mujeres, ya que requiere una escasa inversión si se recogen a mano.

Es muy frecuente encontrar insectos en los mercados locales de las aldeas, mientras que algunas especies más codiciadas, como las orugas Sapelli, llegan a los mercados urbanos y a los restaurantes.

El comercio transfronterizo de insectos comestibles, no sólo es importante en los países del África central, sino también en el Sudán y Nigeria.

Se exportan en menor volumen a Francia y Bélgica, dos países que según el estudio importan al año alrededor de 5 y 3 toneladas, respectivamente, de un tipo de oruga seca procedente de la República Democrática del Congo.

Las exportaciones anuales a Bélgica tienen un valor de 41, 500 dólares.

Muchas especies de orugas se nutren de hojas frescas. Aunque los árboles suelen reaccionar produciendo más hojas, pueden perder vitalidad si las orugas atacan repetidamente.

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