Ministros y representantes de más de 100 países presenciarán el debut del Convenio de Rotterdam sobre Consentimiento Fundamentado Previo (CFP) aplicable a ciertos plaguicidas y productos químicos peligrosos objeto de comercio internacional, durante una conferencia de alto nivel que se celebró en Ginebra.
En las últimas décadas, los plaguicidas y los productos químicos industriales, han sido responsables del envenenamiento o la muerte de miles de personas debido a los accidentes, al uso incorrecto y a la falta de control o de equipo adecuado en la utilización de estos.
Además, todos los habitantes del planeta llevan en su cuerpo huellas de diversas sustancias químicas peligrosas, muchas de las cuales se asocian con el cáncer, las taras genéticas y diversos problemas de salud.
El Convenio de Rotterdam, a través del procedimiento de Consentimiento Fundamentado Previo, facilita una herramienta ulterior para ayudar a los países en desarrollo a manejar con más seguridad y eficacia los plaguicidas y productos químicos peligrosos.
Impide, además, la entrada en el territorio nacional, de estas sustancias peligrosas, a menos que el país haya manifestado el consentimiento explícito a su importación.
«El Convenio de Rotterdam facilitará una primera línea de defensa para proteger a los seres humanos y al ambiente, de los posibles riegos acarreados por los plaguicidas y los productos químicos peligrosos», declaró Klaus Töpfer, director ejecutivo del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
«Los beneficiarios de este nuevo convenio constituyen una amplia gama que va desde los agricultores de subsistencia, pasando por las madres que crían, hasta la flora y la fauna silvestres.
Sus logros redundarán también en el ambicioso programa para el desarrollo sostenible y la mitigación de la pobreza, establecido hace ahora dos años en Johannesburgo, durante la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible, agregó.
Por su lado, Jacques Diouf, director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), subraya que «los productos químicos son un insumo necesario, si queremos responder a la demanda creciente de producción de alimentos para nutrir a más de 800 millones de personas hambrientas en todo el mundo.»
Agrega que la actual plaga de langostas del desierto en Africa Occidental demuestra que el uso de plaguicidas sigue siendo necesario en las actividades de control de emergencia para impedir la pérdida de los cultivos.