Ciudad Trujillo, año 1955

Ciudad Trujillo, año 1955

FERNANDO INFANTE
Dentro de las fuertes tonalidades claroscuras que caracterizaban el régimen trujillista, el año 1955 fue ampliamente de esplendor, alegría y derroche. La Era de Trujillo cumplía sus veinticinco años y ese acontecimiento debía celebrarse con la mayor fastuosidad. “El Caribe”, en su editorial del 1 de enero, con penetrante brevedad resume el sentir oficial y lo transmite al pueblo: “Los dominicanos de hoy tienen el privilegio de adentrarse en un período de su historia, con plena conciencia de su trascendencia y tradición. Se inicia hoy el año del Benefactor de la Patria, en que se celebra el 25 Aniversario de la Era de Trujillo”.

Todo el país y particularmente Ciudad Trujillo reciben importantes obras de utilidad pública que forman parte de un ambicioso plan de desarrollo que venía ejecutándose desde principios de la década. En los terrenos donde tres meses antes comenzaron a levantarse las edificaciones de la Gran Feria de la Paz y Confraternidad del Mundo Libre, unos dos mil obreros trabajan con ahínco. También la ciudad se expande por otros límites y muchos de esos obreros construyen sus casuchas en el barrio de “Faría”, que apenas se iniciaba como zona marginal en el noroeste de la ciudad capital, mientras en un sector de Villa Duarte, satisfechos ciudadanos cuya mayoría está compuesta por empleados públicos y privados de ingresos medios adquieren sus viviendas en el nuevo ensanche “Ozama”. Hasta el deporte crece y el béisbol tiene su gran sede en el Estadio Trujillo, que es inaugurado en ese año de realizaciones.

Al comienzo del año se anuncia la construcción de una autopista a un costo de 3.5 millones de pesos,z la cual se extenderá desde Ciudad Trujillo hasta Boca Chica a partir del enlace con la autopista en construcción hacia San Isidro para conducir en pocos minutos hasta la Base Militar Presidente Trujillo, construida dos años antes. En diciembre, junto a la inauguración de la Feria de la Paz y otras obras importantes, será puesto en servicio el majestuoso puente Radhamés sobre el río Ozama, cuyo costo fue de cinco millones de pesos.

Todo el país se regocija con la adquisición por parte del Estado de las propiedades de la Compañía Eléctrica de Santo Domingo por la suma de 13.2 millones, cuyo propósito, según expuso el propio Benefactor fue “llevar energía eléctrica a cada hogar dominicano barata y abundante”.

El dinero se gasta con prodigalidad y un hotel de lujo de más de trescientas habitaciones, cuyo costo es estimado en cinco millones de pesos era construido en los terrenos aledaños a la Feria de la Paz en el sector de Bella Vista, anuncia el Generalísimo. Incluso la Iglesia Católica, aliada más fuerte que antes al régimen del Benefactor de la Patria por haber sido firmado el Concordato el año anterior, para fortalecer al gobierno en el campo internacional, a cuyo propósito también se organizó la Feria, sigue recibiendo la munificiencia de Trujillo, quien ordena “el suministro del dinero necesario para la suntuosa basílica que se edifica en Higüey”. El padre Luis O. Posadas anuncia una nueva donación del Generalísimo para la terminación del edificio Manresa y su equipamiento y también se concluye la hermosa capilla construida en el recinto privado del Palacio Nacional, cuyo costo fue de RD$180,000.

El denso manto de uniformidad y acatamiento a que está sometida la conciencia colectiva envuelve las voluntades en una celebración surrealista y anonadante de los 25 años de la Era de Trujillo. En marzo se promulga la ley que “otorga al Generalísimo Doctor Rafael Leonidas Trujillo Molina, Benefactor de la Patria, Restaurador de la Independencia Financiera y Generoso Abanderado de la Paz el título de Padre de la Patria Nueva”.

Hasta la veneranda imagen de la Virgen de La Altagracia es trasladada desde Higüey para contribuir a los grandes festejos capitalinos de las bodas de plata de la Era de Trujillo.

Los datos estadísticos demuestran la organización del país y sus instituciones que funcionan con la precisión de un reloj. Ofrecen datos del orden y la eficiencia del régimen. La capital de la República sobrepasa las doscientas mil almas, alrededor del 10% de la población nacional. El país sigue siendo tierra de promisión para la inmigración española y en el curso de ese año llegan dos trasatlánticos transportando cerca de dos mil, incluyendo doce policías que se incorporarán a la Policía Nacional.

Los turistas también fluyen y en el mes de febrero llega la mayor cantidad en un mes cualquiera, para establecer así un récord; ese mes llegaron 3047. Como muestra del celo fiscal se publica que los ingresos recaudados en las distintas fuentes de ingresos alcanzaron desde el año 1930 hasta el 1954 a la suma de un millardo de pesos; y, como signo de pujanza económica se destacó que en el año anterior, o sea en 1954 las ventas de bienes muebles registradas en el Distrito de Santo Domingo llegó a la suma de 13.9 millones y las ventas de bienes inmuebles a 12 millones de pesos.

En el mes de octubre la Pan American inicia los vuelos sin escala entre Ciudad Trujillo y Nueva York, dejando al fin los fastidiosos trasbordos que había que hacer en San Juan de Puerto Rico para viajar entre esas dos ciudades.

Envuelto en los fastos del Año del Benefactor de la Patria muere Manuel de Jesús Troncoso de la Concha, quien recibe honores de prócer. Desde que se difunde su muerte hasta su inhumación comenzó a escucharse música sacra en la radio, mientras una batería de la Fortaleza Ozama disparaba un cañón cada media hora. Joaquín Balaguer despide los despojos del eminente ciudadano con un extenso panegírico en el cual expresa: “Lo que acaba de derribarse abatido por el hachazo inexorable es uno de esos robles cuyas raíces se confunden con los cimientos de nuestras casas; con las bases seculares de nuestras creencias y nuestras tradiciones”(…). Tan hermosa construcción literaria del gran orador y político pudo haber sido, seis años después, su fuente de inspiración para la oración fúnebre que pronunció ante el cadáver del padre de la Patria Nueva.

En diciembre el monto total de los sueldos adicionales de Navidad, dispuesta esa donación el año anterior, ascendió a 2.5 millones de pesos, que, junto a los sueldos regulares de todas las instituciones del Estado, las autónomas, las bancarias y las municipales alcanzó un total de 5.5 millones en circulación.

El pueblo llano se divierte; la Feria de la Paz, el Lido de París, la Fuente del Agua Luz, el Típico Najayo. Ciudad Trujillo es una fiesta, como veía Hemingway a París en los años veinte.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas