Ciudadanía y estudios ambientales

Ciudadanía y estudios ambientales

AMPARO CHANTADA
Como ciudadana, quiero lo mejor para mi país y quiero, sobre todo, que me tomen en cuenta y pueda participar en las tomas de decisiones que me afecten. Por eso, me duele ver, cómo se desprecian los ciudadanos y los científicos pues se nos ignora pura y simplemente y se nos imponen decisiones sin consultarnos, sin discutirlas y en honor a la verdad, esos tiempos han caducado. La ciudadanía es sobre todo, una condición subjetiva de las sociedades modernas y la debemos asumir cada vez mas.

Por eso, molesta, que se pretenda sorprenderla, con el anuncio de dos megaproyectos portuarios, que alteran el paisaje, la línea costera y la memoria de la ciudad, sin que se nos consulte previamente sobre nuestras necesidades básicas, en vistas publicas, el Estudio de Impacto Ambiental y Social de esas obras. Los impactos ambientales son las alteraciones que provocan los efectos de una obra en el medio natural y casi siempre se obvian los impactos sociales, reduciéndolos a una mera enumeración de los beneficios que darán a la población, sin mencionar evidentemente los impactos negativos que crearan sobre los servicios, las infraestructuras, los preciso por la demanda inducida y sobre la población que se traducen en desgastes, costos y gastos para la sociedad en su conjunto.

No solo en Republica Dominicana, típicamente la metodología de EIA incluye los aspectos ambientales pero rara veces, se mencionan los sociales. Por el contrario, normalmente no incluyen aspectos económicos ya que la metodología en efecto ha sido desarrollada para contrapesar los análisis económicos convencionales de la relación costo-beneficio.

Al mismo tiempo han aparecido las limitaciones de la EIA: se aplican a los proyectos que en efecto no cubren más que una parte minoritaria de las acciones de desarrollo. Además, la EIA llega demasiado tarde -muchas de las decisiones críticas ya se han tomado: sobre leyes, regulaciones, políticas de financiamiento, gestión de tierras etc., que o apoyan o restringen proyectos y otras actividades- lo que reduce su rol a una simple formalidad. Otro aspecto, es que la naturaleza se descompone por partes (agua, suelo, aire, etc.) dificultando su interpretación como patrimonio natural, global frente al sistema financiero y la ingeniería que lo van a transformar en bienes de consumo, después un proceso de apropiación, que se debe custodiar, pues se trata de un Bien Natural Colectivo Nacional. Otro aspecto a cuestionar es que los E.I.A. se hacen por proyectos y así mismo, se obvian los impactos de los proyectos laterales (que los hay) ignorando los efectos de los impactos acumulativos en un espacio natural. (ej. Punta Caicedo, Aeropuerto, Puerto, Isla artificial multiplican y sobrecargan el sistema marino, costero, fauna, flora, arrecifes).

Por fin, otro fallo, es la ausencia real de integración, por la consulta de la ciudadanía que podría cuestionar la factibilidad ambiental, social y económica de tal o tal obra, porque no responde a las necesidades de la población o del largo plazo como Proyecto de Nación.

Por esos fallos, creo que los E.I.A. deben ser seriamente analizados, criticados y revisados de manera que se pueda evitar el daño ambiental sucesivo y ascendente que provocan obras y/o infraestructuras, a largo plazo, sobre el patrimonio natural de la Nación. (Como en las costas, playas y arrecifes del país).

En consecuencia, hoy en día el desafío consiste en evaluar las políticas y estrategias y desplegar esfuerzos para crear metodologías para esto. Algunos ambientalistas sugieren un nuevo concepto: la evaluación estratégica ambiental.

Dentro de la Comisión Económica Europea hay un grupo de trabajo que intenta producir lineamientos para políticas sostenibles de asentamientos humanos. Su enfoque está concentrado en las políticas sectoriales sobre (a)planificación y manejo de flujos incluyendo transporte, naturaleza y zonas verdes, uso de tierras, y estructuras urbanas; (b)proceso de construcción y conservación de la energía; (c)vivienda y zonas residenciales; y (d)manejo de ciudades y asentamientos incluyendo participación pública y planificación informal.

En varios contextos, criterios para indicadores, han sido listados. Además de los criterios básicos de la validez y la confiabilidad que los instrumentos de la investigación tienen que satisfacer, hay que enfatizar la economía, la transparencia, la factibilidad etc. de los indicadores. Por ejemplo recientemente, un equipo holandés propuso la siguiente lista de criterios para la modificación de los indicadores de los E.I.A. y D.I.A.:

1. * Medir lo que la gente considera importante y acepte como una medida para la sostenibilidad

2. Medir lo que los expertos entienden decisivo para el desarrollo sostenible, si son globalizadores e integradores o lo contrario,

3. Si representan cuestiones complejas decirlo en formas sencillas, directas comprensibles,

4. Que esos criterios se basen en datos fáciles de captar

5. Que sean científicamente válidos

6. Que sean asequibles en el nivel local

7. Que el valor de un indicador pueda ser cambiado por una acción

8. Que los criterios sean compatibles internacionalmente

9. Que los E.I.A. conduzcan a la toma de conciencia y la acción de la ciudadanía.

En cuanto a la transparencia de los indicadores, es decir su comprensividad, es determinante saber quiénes son los usuarios de la información producida: cuál es su nivel de educación, cuánto tiempo tienen para estudiar los datos y para qué fines necesitan la información. El requisito de transparencia significa, por ejemplo, que tiene que ser evidente si un cambio en el valor del indicador representa una situación mejorada o no.

Las diferencias entre hechos y concepciones debe ser obvia: muchos de los indicadores derivados de sondeos miden la concepción de la población de su situación, pero esto obviamente no es lo mismo que su situación actual. Por ejemplo, si el indicador de la posición de las mujeres está basado en lo que ellas dicen de su derecho a heredar o tener bienes inmobiliarios, los resultados ciertamente reflejan la concepción de su situación pero no más. Deja abierta la cuestión si las mujeres tienen problemas reales en términos legales o si les falta conocimiento de sus derechos. Claro está que los responsables de la formulación de políticas, deben conocer ambos aspectos, pero igualmente las conclusiones políticas tienen que ser distintas en los dos casos.

Otro aspecto es la comparabilidad de los resultados de la evaluación geográfica y temporalmente. Una justificación de la aplicación de indicadores, es proveer a los planificadores y centros de decisión de un instrumento para comparar su área con otros asentamientos, ciudades, regiones o aún países que están en una situación parecida.

La evaluación tiene siempre un aspecto temporal y espacial: si se la ejecuta una vez, obtiene como resultado una descripción de la situación actual, pero repetida a lo largo del tiempo a intervalos regulares, la evaluación ayuda a descubrir la trayectoria y sus impactos prolongados en el tiempo y en ese espacio.

Por esos aspectos críticos pero sobre todo, por los numerosos impactos sociales negativos de las obras que se anuncian, me preocupa que no se informen sobre los impactos provocados por la sobre carga de población, su consumo en agua potable, electricidad, en tierra, en servicios e infraestructuras, saben eso, los síndicos y saben que como administrador del espacio municipal son co-responsables de una buena gestión de esos nuevos espacios, que deben prever normativas nuevas para una población «en transit» que será consumidora de bienes y servicios nuevos y productora de desechos, residuos y otros problemas que deberán resolver. Por eso, los E.I.A.y So deben producirseantes del inicio de las obras y ser públicos para que la ciudadanía valore si los dólares que traerá valen más que la sostenibilidad y el futuro de nuestros hijos.

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