Allan Tiburcio Andrickson es un   ciudadano dominicano poco común.  Él cree en el poder que tiene la ley general 200-04 de Libre Acceso a la Información Pública para la exigencia de transparencia en los estamentos del Estado. Por esa razón ya ha solicitado informaciones en unas 100 instituciones públicas y ahora se ha “empecinado” en conocer lo que hacen las 23 organizaciones políticas del país con los más de RD$1,000 millones   recibidos desde el 2008 hasta el 31 de agosto de 2009.

Inició con el Partido Revolucionario Dominicano (PRD. Le solicitó el 10 de septiembre pasado informaciones, las cuales les fueron negadas. Como se le violó un derecho,  recurrió a la Cámara Contenciosa, Tributaria y Administrativa con un recurso de amparo, el cual será conocido el 11 de este mes.

Allan Tiburcio Andrikson quiere sentar un precedente en el país. Tiene 45 años de edad y es administrador de empresas.  No tiene empleo desde hace dos años. Sin embargo, busca la forma de cubrir los gastos que le llevan las investigaciones que hace  en las instituciones públicas y  ahora  en los partidos políticos, sobre el uso que dan al dinero que reciben   del Estado y, por ende, de los contribuyentes.

Cree que si se logra la transparencia, la República Dominicana sería diferente. Para eso, dice, los ciudadanos tienen que dar el paso. Observa desidia, se queja de que  hay una búsqueda “de dame lo mío alante” y advierte que si no se le pone un corte a la corrupción administrativa el país podría estallar.