LOS ANGELES (EEUU) (EFE).- Ciudadanos de a pie comenzaron a desfilar ante el féretro cerrado con los restos del ex presidente Ronald Reagan, que quedó expuesto ayer en la biblioteca museo que lleva su nombre, donde expresó su deseo de reposar para siempre. Reagan, uno de los presidentes más populares en la historia de EEUU y un «eterno optimista» como lo definió la ex primera dama Nancy Reagan a la revista «Time», falleció el sábado a los 93 años tras una larga batalla contra el Alzheimer.

El ex presidente, conocedor de los efectos de esta enfermedad degenerativa que fue borrando su memoria, la definió cuando aún estaba lúcido, como «un camino que me llevará al ocaso».

La caravana fúnebre con el féretro, envuelto en la bandera estadounidense, partió de una funeraria en Santa Mónica hacia las colinas de Simi Valley, a unos 30 kilómetros de Los Angeles, donde se encuentra su biblioteca museo.

A su llegada al museo, el féretro fue transportado por soldados de las cuatro armas de EEUU en uniforme de gala, mientras se entonaban varios himnos, en una pomposa ceremonia transmitida en directo por las cadenas de cable de EEUU.

Por expresa petición de una frágil y delgadísima Nancy Reagan, -de traje negro, pendientes y collar de perla y grandes gafas de concha de cristal claro- la familia y allegados más cercanos se despidieron primero del ex presidente con una ceremonia privada.

Antes, la ex primera dama, de 82 años, leyó algunas notas de agradecimiento que los seguidores del ex presidente habían depositado junto con banderas, fotografías y frascos de «jelly beans» -la golosina favorita de Reagan- en las inmediaciones de la casa fúnebre.

La primera dama estaba acompañada de sus hijos, Ron Reagan y Patti Davis.

Esta última, con el cabello suelto y vestida con una camisa blanca y falda negra corta, tomó la mano de su madre mientras el reverendo de la parroquia de Bel Air donde Reagan solía acudir antes de caer enfermo pronunciaba un corto sermón.

«No habrá más dolor ni llanto», dijo el reverendo, «damos gracias de que este mundo es un lugar mejor porque él estuvo aquí».

Tras una ceremonia íntima, ciudadanos, curiosos y seguidores de Reagan comenzaron a despedirse del presidente y entre los primeros en hacerlo fue el gobernador de California, Arnold Schwarzenegger.

Se prevé que miles de personas acudan a rendir tributo al alto y guapo actor de películas «B» que dio un espectacular salto a la política.

Reagan fue primero gobernador de California y, posteriormente, presidente de EEUU entre 1981 y 1989, cuyo legado continúa siendo hoy fuente de inspiración para los sectores más conservadores del país.

Docenas de autobuses procedentes de todo el país llegaron a Simi Valley para rendir homenaje al ex presidente.

El miércoles, el féretro será trasladado a Washington, donde se celebrará un funeral de Estado, el primero desde la muerte del ex presidente Lyndon B. Johnson en 1973, y las mayores desde las realizadas por John F. Kennedy en 1963.

El presidente estadounidense, George W. Bush, declaró un día nacional de duelo para el próximo viernes, cuando se celebrará el funeral en la Catedral Nacional de Washington y, posteriormente, Reagan sea enterrado en California.

Sólo a la inauguración de este museo en 1991 asistieron más de 4.000 invitados, desde legendarias estrellas del cine como James Stewart, Charlton Heston o Zsa Zsa Gabor hasta la mayor reunión de ex presidentes, con la presencia de Richard Nixon, Jimmy Carter, Gerald Ford y George Bush padre.

Esto da una idea de las dimensiones de hasta dónde llegará el peregrinaje que comienza hoy, desde todas las esquinas del país, para homenajear al gran héroe republicano de EEUU.