Muchos ciudadanos de la provincia Santo Domingo se han verificado para constatar que continúan registrados en el mismo colegio electoral en que les tocó votar el año pasado.

Seguras del lugar al que tienen que ir el día de hoy, algunas personas encuestadas aseguraron ayer que acudirán a las urnas. La razón principal, para la mayoría, es cumplir con el deber y el derecho que les otorga la Constitución.

Para otros, sin embargo, el asunto radica en que podrán elegir a la persona que les garantiza una mejoría en su calidad de vida. Es el caso, por ejemplo, de Juan Carlos Díaz, quien indicó que hay que buscar una fórmula para que la situación se estabilice.

Nereyda Peguero, que también se ha verificado, es de las que piensa que como ciudadana tiene que cumplir con su deber. Lo mismo indicaron Valentín Veras, Samira de Torres, Víctor Fermín, Clarissa Cuello, Iris Acosta y José Ovidio Ramírez.

El escritor Luis R. Santos, por otra parte, sostuvo que votará porque es la oportunidad de valorar una obra de gobierno, valorar la propuesta de los candidatos y cumplir con su deber.

Apostando por la mejoría del país, Natalia Pimentel entiende que el sufragio es el mecanismo para darle un respiro a la sociedad. «Creo que la situación en que está el país necesita un cambio», señaló.

En iguales términos se expresaron Chabell Agramonte, Leonidas Radhamés Núñez, Eduardo Velázquez, Edward Félix y Cristiana Hernández, quienes resaltaron que votarán en nombre del progreso.

[b]LOS QUE NO SE HAN VERIFICADO[/b]

El afán de cada día ha hecho que algunos ciudadanos no se hubieron verificado al día de ayer. La falta tiempo, expusieron, les ha impedido dedicarse a esa labor.

Eso argumentó Gladys Minaya. «Yo no he podido verificarme pero de todas formas iré a votar mañana. Yo supongo que me toca votar en el mismo sitio de siempre».

Tampoco se han verificado, aunque piensan ir a votar a sus antiguas mesas electorales, Emilton Soto Mejía y Kelvin Delgado.

[b]DOS EXCEPCIONES[/b]

Carlos Larancuent y Florentina Morillo son los dos únicos encuestados que manifestaron que no podrán ir a votar. Lo sienten mucho, manifestaron, pero no pueden hacer nada para cambiar las cosas.

Larancuent, aunque supone que no podrá hacerlo, sostiene que hará el intento de votar. «Yo trataré de votar. No he podido verificarme ni nada pero creo que sigo votando en el mismo lugar. Yo estoy trabajando lejos, para el Cibao, y soy de La Romana, por lo que me queda muy lejos verificarme. Donde yo estoy, en una montaña de Jarabacoa, se me hace muy difícil porque no hay ni siquiera internet».

Morillo, embarazada de ocho meses, ya descartó completamente la posibilidad de votar. «Me duele en el alma no votar, sino hubiera estado así (embarazada) yo hubiera ido. El problema es que a mí me toca votar en Montecristi y no voy a ir para allá. No quiero sacrificarme mucho, ese es un viaje muy pesado, hay demasiada gente en la calle; no puedo arriesgarme», dijo al tiempo de agregar que no ha cambiado su dirección porque no posee casa propia en Santo Domingo.